domingo, 26 de diciembre de 2010

En la boca del lobo




Ya lo sé. Las cosas son como son y no voy a decir ahora lo contrario: el malo de la historia fue y seguirá siendo siempre el lobo feroz. Suya es toda la culpa y él es el único responsable de todas sus acciones.

Ahora bien, dicho esto, Caperucita fue, al menos, una imprudente: imprudente por meterse en el bosque que, como todo el mundo sabe, es el lugar natural de peligros y perdición; imprudente, por andar dando confianzas a desconocidos (ya ves que ahora se aconseja dejar el menor número posible de pistas personales en los chats, que hay mucho lobo por ahí suelto); imprudente por echar carreritas con el lobo. Ya te digo: una imprudente.

Pero, vamos, el colmo fue meterse con él en la cama: Ya me diréis si eso no fue lo que se dice "meterse en la boca del lobo".


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5 comentarios:

  1. Ya le digo, don Francisco, en la misma boca.

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  2. Pobre lobo.Gracias a él las Caperucitas siguen circulando y este año el rojo es moda.Y si nó, miradlo al Benedicto XVI. Cordiales saludos.

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  3. Amiga Beatriz: me parece que al Benedicto XVI no se lo come ni el lobo.
    Jorge y Beatriz, que tengais un buen año (y el resto de los amigos y coautores de este blog también)
    Un abrazo a todos

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  4. Don Francisco Flecha: Gran verdad,mon ami. El Benedicto ya va muy rancio.Os deseo igual y que el 2011 sea un año de feliz creatividad para todos los que participan en este blog de Cuentos.Un abrazo .

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  5. Magnífico micro-relato mi querido Tocayo.Aprovecho para desearos a todos un año 2011 muy productivo literariamente y pleno de salud, buen vino y amor.

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