lunes, 3 de enero de 2011

NIEBLA

El vehículo avanza sin excesiva prisa por la carretera comarcal, atravesando un paisaje que conoce de memoria a fuerza de tantas veces recorrido.  El sol  pone destellos de oro en  las primeras hojas que otoñan esta tarde de mediados de octubre. 
De pronto, tras una curva, la "NADA". Una densa y gris cortina cubriéndolo todo y precipitándola a una sensación de vacío, de abismo insondable... Una sensación de profunda desazón invadiéndola mientras se siente irremediablemente tragada por el vientre vacío de la niebla, hundiéndose hacia la NADA, mientras la NADA la rodea, sin luz, sin claridad siquiera... Sintiendo que en ella no hay NADA. Mientras el vacío la inunda como si verdaderamente en el mundo no hubiera... NADA.

3 comentarios:

  1. Increíble la sensación aterradora que logras crear a partir de la NADA. Estupendo microrelato Mercades. ¡¡¡Felicitaciones!!!

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  2. Gracias por tus comentarios. Aunque soy un poco vaga para escribir los míos, que sepáis que estoy ahí.
    Es una suerte contar un espacio como este para poder expresarnos. Y un estímulo para la creación.

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  3. Viajando hace unos años por el País Vasco nos sucedió.Quedamos envueltos en la niebla. Es horrible.Tal como lo describe Mercedes.Muy bueno.Cordiales saludos.
    Beatriz Basenji

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