sábado, 30 de mayo de 2020

INGENUIDAD

                                                   Foto de Biel Morro en Unsplash

Llevo un mes más o menos aquí y al principio no le preste ninguna atención, aunque él se fijó en mí desde el primer día, espiaba todos mis movimientos con disimulo.
Una vez satisfecha su curiosidad y pasada la novedad, se muestra sin reservas, y yo le contempló admirada, que elegancia de movimientos, jamás lo he visto dar un mal paso, se contonea soberbio y hermoso, luciendo su pelaje cuidado y limpio.
Mientras pasea delante mío, me observa con curiosidad, como si la cosa no fuera con él. En sus preciosos ojos noto el deseo, sé que le gusto.
Es normal y quisiera corresponderle, que ya tengo una edad, además encerrada en la jaula me quedare sin plumas mientras espero.




1 comentario:

  1. Muy buena fábula. Me gusta cómo la presentas, la pobre avecita engañada pensando que la aman con locura cuando el gato lo que quiere es comérsela. Así pasa también con los humanos. Un abrazote.

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