Fotografía de Maxim Landolfi en Pexels
Levanto la manta y bajo ella un rizo de pelo me mira con sus ojos de oro, parece interrogarme como si quisiera saber quien me ha dado permiso para quererla.
Se incorpora y se despereza con un bostezo, da una vuelta sobre sí misma y considera terminado el asunto. Esta de acuerdo, puedo quererla pero más tarde ahora no hay nada más urgente que soñar.
Tengo gatos y sé perfectamente de lo que hablas pues los míos hacen lo mismo.
ResponderEliminarSon los verdaderos dueños de la casa, yo solo habito en ella.
Saludos.
Tienen su territorio y su tiempo, a ti te toca esperar. ;)
ResponderEliminarSaludos.
Muy bonito!! Saben hacerse de su espacio.
ResponderEliminarMe alegro de leerte de nuevo.
Besicos muchos.
Ellos saben que son independientes, y nos lo demuestran :-)
ResponderEliminarUn abrazo
¿Habrá un miau hacia el intruso?
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