Foto de Biel Morro en Unsplash
Llevo un mes más o menos aquí y al principio no le preste ninguna atención, aunque él se fijó en mí desde el primer día, espiaba todos mis movimientos con disimulo.
Una vez satisfecha su curiosidad y pasada la novedad, se muestra sin reservas, y yo le contempló admirada, que elegancia de movimientos, jamás lo he visto dar un mal paso, se contonea soberbio y hermoso, luciendo su pelaje cuidado y limpio.
Mientras pasea delante mío, me observa con curiosidad, como si la cosa no fuera con él. En sus preciosos ojos noto el deseo, sé que le gusto.
Es normal y quisiera corresponderle, que ya tengo una edad, además encerrada en la jaula me quedare sin plumas mientras espero.