Mostrando entradas con la etiqueta Mar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mar. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de abril de 2011

LUCIA Y EL TIEMPO




Cuando él le dijo que ya no la quería, que había otra mujer, se paro el reloj, todo se torno negro, se le partio el corazón. ¿Cómo era posible que se enamorara de su mejor amiga?. Desde entonces ha vegetado sin emociones ni esperanzas pero sin perder de vista a los hijos. Fue su primer reto personal. Cada día era una lucha por no hundirse en la agonía de la muerte, ¿cuan fácil hubiera sido dejarse vencer por la idea del suicidio?. Se agarro a ellos con tal frenesí que temió hacerles daño. Se planteó la vida como una obra de teatro en la que intento representar el papel de madre fuerte lo mejor que pudo. Aunque cree que no logro convencerlos del todo, supieron seguirle el juego.

Ahora dos años después cree que no lo hizo tan mal. Dicen que las desgracias unen. Notó que surgió entre ellos una conexión que antes no existía. Recuerda que los miraba y no sentía nada, eso la atormentaba terriblemente. Estaba segura de que los quería más que a su vida, pero su corazón se había roto. Además, en aquellos días su vida no servía para nada, así que ofrecerla a cambio de su amor hubiera sido un sacrilegio. Le preocupaba la desidia con que el alma miraba sus sentimientos.

Nadie puede imaginar lo duro que era levantarse. Sonaba el despertador y todo volvía a empezar. Sus pies tocaban el suelo, sentada en la cama miraba la puerta de la habitación, en el momento que la cruzara todo sería una farsa, risas, fingida alegría. ¿Les habrá engañado alguna vez?. No sabía que era peor, si las pocas horas de sueño, un sueño inquieto, pesado, porque hasta el llegaba la desolación y el dolor, o esta farsa para intentar que volviera la normalidad a sus vidas.

Lo habían conseguido, la alegría volvió a sus vidas, las risas llenaban la casa, las ganas de vivir les empujaban a hacer planes. Como cada tarde fue a sentarse frente al mar, le daba fuerzas para seguir adelante.

domingo, 17 de abril de 2011

JULIA Y EL MAR

















La muerte de su madre supuso un punto de reflexión sobre la forma en que cada uno afronta ese duro y definitivo momento. Su madre no era dada a los halagos. Siempre tenía la crítica o el reproche a flor de piel, al menos para ella. Fue una buena madre, le había dado todo el cariño y comprensión que necesitó, pero no supo entender que debía seguir su camino, vivir su propia vida. Desde ese momento su aptitud cambio por completo. Cuando se separó no encontró consuelo en ella. Nunca dudó del amor que le procesaba, pero siempre ha sido consciente de lo mucho que la había  decepcionado.

No deja de preguntarse, si era consciente de que se moría, y de ser así, ¿le habría gustado despedirse de sus hijos?, decirles cuanto los quería, o agradecerles los cuidados dispensados en su cruel y despiadada enfermedad. La muerte le sobrevino en el hospital, en una cama que no era la suya, por compañía unos sanitarios muy eficientes pero que nada tenían que ver con ella.

Una vida dura la suya, con un marido celoso que la maltrataba. Una vida llena de silencios, miradas tristes, encerrada en una sociedad con la creencia de que la mujer debía aguantarlo todo. Tuvo un carácter alegre, buena voz, cantaba mientras realizaba las tareas de la casa. Con el tiempo se fue apagando, pudieron mas las ilusiones rotas.
 Como broche final, una cruel enfermedad le brindó una lenta agonía. Su madre no ha sido una persona con suerte, y las pocas veces que la tuvo, no supo apreciarla, o no fue consciente de ella.

Julia no quiere caer en el mismo error. Quiere apreciar todo lo que le rodea, beberse la vida a pequeños sorbos, despacio, sin prisa. Porque el tiempo es como el agua que se escurre entre las manos cuando quieres cogerla. Debe tomar una decisión, volver a tener el control de su vida, pero le faltan fuerzas para hacerlo. Esta demasiado sometida, lo necesita demasiado para dejarlo. Él lo sabe y hace de su debilidad un arma.

 Está sentada en el mismo banco, frente al mismo mar. Todas las tardes se queda un rato mirando las olas, esperando que ellas le den el coraje que precisa para enfrentarse a lo inevitable. Hoy siente que es diferente, con la mirada perdida en el infinito, sonrie…

sábado, 2 de abril de 2011

DON QUIJOTE DE LA MANCHA, 400 AÑOS ENTRE NOSOTROS

Don Quijote de la mancha
siempre con Sancho Panza.
Don Quijote el viajero
conocido en el mundo entero.
Don Quijote lucho contra molinos
nosotros lo leímos.
Don Quijote el fogoso
se enamoró de Dulcinea del Toboso.
Contra cabras se enfrento
porque con soldados las confundió.
Don Quijote con su locura
a Sancho le quitó la cordura.
Don Quijote agonizante
dejó en paz a Cervantes.
Cuatrocientos años leído
y la fama no ha perdido.

miércoles, 23 de marzo de 2011

EL RETRATO



El viejo desván, presenta un aspecto desordenado; las telas de araña dan un carácter melancólico y conservador, incluso allí, el aposento de la casa más olvidado, que en sus tiempos fue nido de amor y pasiones, llega el olor a muerte. Se diría que todos los objetos de la habitación están orientados hacia un rincón, allí se encuentra un retrato. Al mirarlo parece que todo se ilumina, una joven hermosa es la protagonista. Su mirada es dulce y expresiva, sus cejas parecen imitar la curva de los ojos, la nariz recta y fina armoniza con la forma redonda de su cara, que finaliza con una barbilla que un pintor calificaría de perfecta. Sus labios son pronunciados, con un rojo que parece sobrenatural. Todos los calificativos culminan con una sonrisa. ¿Es posible hallar mayor síntoma de vida y expresividad en un rostro?, sus cabellos ensortijados y juguetones parecen contestar a mi pregunta. Su cuello es recto, fino, sus hombros se encuentran desnudos, no parece haber huesos en su interior, ni el artesano sería capaz de representar en barro figura tan perfecta. Sobre su cuello cuelga una cadena que resalta más la forma de los hombros, finaliza donde comienza el pecho, insinuando la perfección del mismo. Su vestido es bastante escotado y termina uniéndose a la altura de los senos.

Sin duda alguna, aquella era la mujer protagonista de unos momentos de amor y pasión que a pesar del tiempo transcurrido dejaron huella en un hombre.

Lo que nadie podía imaginar, es que aquella mujer se encontraba descansando bajo la tierra que la había visto crecer. Todos los días un hombre con pelo medio plateado pone un ramo de flores en su tumba, en recuerdo de quién, en su día había desafiado con su hermosura a la naturaleza.