miércoles, 18 de abril de 2012

TUS MANOS.

Y mientras el tiempo pasa despacio en esta espera hacia la normalidad, la mente busca los recuerdos de esas manos, llenas de blandura y el calor justo, marcadas por las venas gruesas de la edad y las manchas grabadas por los días de trabajo y vida. 
Madre, ¿donde estás?
Solo quedan ellas, las manos, las que cuentan los años y las historias, las que deformes por la tensión de la postura han ido adquiriendo ese volumen retorcido de la obra de arte que cuenta mil y un movimientos.
Solo te quedan ellas, porque tu cabeza se ha parado en los recuerdos más insulsos de  una vida ajetreada, y las miras buscando en ellas tu pasado, y preguntas con ternura, ¿para que sirvieron mis manos?.
Dieron vida, caricias, consuelo, educación y modelo, fueron ágiles , trabajadoras, resueltas y constructoras, sin embargo, compartieron poco y eso es lo que te robó el destino, el regalo de la vida, cuando compartes y das, recibes, y en tu obsesión olvidaste esa fase linda de compartir la vida. 
Tus manos  cuentan  peleas y luchas de fantasmas encontrados, supervivencia forzada, no resuelta, resignación. 
Tus manos quietas, paradas , atrofiadas , se desesperan porque no tienen contacto. 
Esas manos que para mi fueron tanto yacen solas sobre tu regazo.
Charo Acera.

1 comentario:

  1. me encantaría poder escribir bien como sabéis hacerlo pero no soy un buen escritor, aunque las palabras enlazadas, haciendo caricias a mis cansados ojos, y rejuveneciendo mis ideas, aportando nueva sabia a mis neuronas llenando mi cerebro de sensaciones olvidadas desde antaño, quizás algún día me decida ha hacer lo que tanto tiempo he ansiado, escribir

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