Fotografía de Alexander Krivitskiy en Unsplash |
Empujada a los sombríos márgenes de la sociedad, sin nadie, ni nada que me ate, apenas he necesitado un instante para saber cual es mi sitio.
A plena luz del día y sin rubor alguno, me he colado como una ladrona en el que hasta hace poco consideraba mi hogar. Han cortado la luz y bloqueado la puerta con precintos, sellos y cintas de plástico, con eso pensaron que bastaría, que la vida, tras sus deseos se diluye y desvanece una vez expulsada. Ojos que no ven… sus conciencias tranquilas, satisfechas.
Calma y oscuridad son ahora mis únicas compañeras, refugiada en este útero de penumbras escucho el rumor de una vida que ha hecho de mi un objeto prescindible.
Sin darse cuenta que soy yo, la que tras un muro de persianas y cortinas cerradas no quiere nada con el mundo.
Durísimo. Hay que saber que hay personas en situaciones peores que las nuestras
ResponderEliminarUn abrazo
Maripau, hoy día hay demasiada gente en situaciones comprometidas y algunas verdaderamente dramáticas.
EliminarUn abrazo.
A sociedad empuja a veces al aislamiento, tal vez no sea perfecta.
ResponderEliminarBesos.
Amapola, empuja y empuja mucho. Cada día es más complicado pertenecer a esa cosa llamada clase media.
EliminarUn abrazo.
Qué buen texto Ángel. Es muy duro, pero muy directo, y refleja a la perfección una sensación de ansiedad y aislamiento. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, gracias por tus palabras, me animan mucho, que no me salgan nada más que este tipo de historias, cansa mucho.
EliminarUn beso.
Ufff situaciones límites que cada vez están más cerca y nos las queremos ver.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Irma, la vida cada vez es más complicada y cada vez depende más de la suerte.
EliminarUn abrazo
Ángel, que micro tan bueno, en qué pocas palabras dices tanto... estremecedor, captas perfecto la desolación de un desahucio. Tremendo, me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarAna, gracias, como siempre por tu apoyo.
EliminarUn abrazo.
Un rechazo compartido de doble vía.
ResponderEliminarSaludos.
Alfred, en cierta medida si, aunque creo que no es comparable, la indiferencia con que se destruyen vidas, al hartazgo que produce sentir que ni puedes, ni te dejan levantar cabeza.
EliminarUn saludo.
Muy buen relato, Ángel. Muy duro, pero como la vida misma de real. Suceden demasiadas cosas terribles, hoy!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, ya lo creo que pasan demasiadas cosas malas y mientras nos entretienen con mil tonterías.
EliminarUn Beso.
Duele... por lo duro y por lo posible.
ResponderEliminarTodos estamos expuestos... un revés inesperado puede llevarnos a una situación parecida.
Todos los futuros son imprevisibles.
Saludos.
Toro, parece mentira que una mala decisión o una mala racha, puede terminar con alguien en la calle.
EliminarNo hay futuro, decían los Sex pistols.
Un saludo.
Muy buen relato, sutil pero directo. Mi enhorabuena.
ResponderEliminarSAludos.
Gracias, Manuela.
ResponderEliminarUn abrazo.
Momentos duros para darse cuenta donde uno esta parado y con quien cuenta, a veces es mejor estar solo aunque duela,
ResponderEliminarabrazos
Bella, en los momentos en que la vida se tuerce se descubre si realmente tienes amigos.
EliminarUn abrazo.
Situaciones difíciles
ResponderEliminarque se presentan a veces,
y ni un amigo aparece, muy
bueno Angel.
Besitos dulces
Siby
Hola, Siby, amigos de verdad no hay tantos y en según que situaciones, también da apuro pedir ayuda.
EliminarUn beso.
Había en nuestra vecindad una casa siempre cerrada. No se conocían sus moradores. Pensábamos que allí nadie vivía. Pero lo cierto es que en el frente de la casa había un ralo jardín y su veredita central estaba siempre limpia, al igual que la vereda exterior. Y fue en un verano tórrido que vimos vestidas con unas batas sin color, tapadas sus cabezas con unas cofias, que no dejaban adivinar sus rostros, dos figuras.
ResponderEliminarHola Beatriz, por aquí raro es el año que no encuentran a alguien que falleció solo en casa y que no lo recordaban ni vecinos, ni familiares.
ResponderEliminarUn saludo.
que bella entrada
ResponderEliminarBella es la fotografía, el resto... pues eso.
EliminarUn beso.
Porque a veces la vida duele, y la soledad aplasta.
ResponderEliminarMe parece preciosa esta frase: "refugiada en este útero de penumbras".
Un placer leerte, Ángel, mil gracias por tu siempre compañía.
Besos.
María, "la vida duele" que razón tienes y a muchos se les hace pagar por ella con todo lo que tienen.
EliminarGracias a ti, por tu amabilidad.
Un beso
Que duro
ResponderEliminarSeguro que hay cosas peores.
EliminarGracias por comentar. Un saludo.
Difícil texto, pero muy bello.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rocío, gracias por tus palabras.
EliminarOtro abrazo.
Tu intensidad me fascina un abrazo muchacho
ResponderEliminarGracias, reina.
EliminarUn beso.