viernes, 9 de diciembre de 2011

PIES PARA QUÉ OS QUIERO

El pie izquierdo no me quiere hacer ni caso. Dice que le toca mandar a él, que ya está bien de la tiranía del cerebro. “Cabeza abajo”, ordena, y me veo haciendo la postura de la vela. “Tócate la oreja izquierda con la mano derecha”, me dice, y soy incapaz de negarme, por lo que mi pie izquierdo vibra con risa de cotorra loca. “Y ahora…”, comienza, y empiezo a notar que la cabeza me huele a queso. “Esto es demasiado”, pienso mientras me lanzo hacia él con las manos crispadas. Caigo sobre la alfombra con estrépito. Allí sigue la prótesis, con su zapato de mentira.

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