jueves, 19 de noviembre de 2020

El baile del albatros



Se retrasa y no paro de mirar el reloj. No debería de haber venido, me siento infantil, casi ridículo.

Mi hija ha insistido, ―tienes que salir―.

Por no hacerle un desaire, como si fuese un crío obediente he aceptado la cita.

La mano me suda, sujeto demasiado fuerte el libro que hará que nos reconozcamos.

La salida del metro está atestada. No sé si es el lugar más apropiado. La gente pasa indiferente, algunos incluso portan su lectura en la mano. Sería mejor que me marchara.

Un destello me retiene, entre la multitud destaca su cabello oscuro, y ya no puedo separar los ojos de ella. Reconocería a Natalina, mi ex, incluso a oscuras.

Parece que busca a alguien, cuando nuestras miradas por fin se encuentran, sonríe, me saluda; y al acercarse saca un libro del bolso.

No sé qué esperaba, el efecto que me causa no es precisamente de alegría, tampoco desilusión, confundido es la palabra.

Me da dos besos, para luego tomarme del brazo. Un gesto inesperado que consigue de mí una sonrisa, que no reconozco, que brota natural; sin esfuerzo.

Nos hemos quedado solos… y los nervios han desaparecido. Fotografía de Jason Wong en Unsplash






14 comentarios:

  1. Misterioso. El tipo iba tal vez a un encuentro. Esos besos le dejan un poco alterado. Por algo sería, le libro tal vez ¿?

    Un abrazo

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  2. Intento jugar con los reencuentros, en una especie de cita a ciegas, organizada por la hija. Al intentar dejar el tema un tanto oculto, quizá me he pasado. El libro no es más que una referencia para que se reconozcan.
    Albada, gracias por tus apreciaciones, haber si con el tiempo consigo afinar la escritura.
    Un saludo.

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  3. No hay duda, cuando uno elige una pareja, si esta se rompe, y se busca otra tiene que ser igual, si no no se encuentra.
    Un saludo

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  4. El primer amor siempre deja huella.
    Gracias por comentar. Un saludo.

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  5. La hija todavía espera recomponer lo que se rompió.
    A lo mejor sale bien.

    Saludos.

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  6. Quien sabe, pero creí que nadie lo notaria.
    Gracias por comentar. Un saludo.

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  7. Qué bien descrito ese encuentro, parece que lo estoy visualizando segun lo he ido leyendo y ese final es un comienzo para seguir la historia.

    Me ha encantado leer tu relato y descubrir tu blog gracias a tu comentario en mi rincón, te lo agradezco mucho, así que por aqui me tendrás a partir de ahora.

    Besos.

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  8. María, eres muy amable, Gracias por comentar.
    Nos seguiremos leyendo. Un saludo.

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  9. Bonito e inesperado final. Los hijos no pierden la esperanza!!
    Besicos muchos

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  10. Hola, Ángel. Quiero darte las gracias, también por aquí, por tu visita y tus palabras en mi blog. Con tu permiso, por aquí me quedo; mucho y bueno que leer… Será un placer.

    Saludos, y muy feliz día.

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  11. Bonito relato, a veces nos alejamos de algo cuando es precisamente lo que necesitamos. O a veces necesita pasar tiempo para valorarlo màs. Me gusta mucho el final que le diste. ¡Saludos!

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  12. Las cosas no son nunca sencillas, y es cierto que se aprecia y se valora más todo cuando nos falta.
    Un saludo.

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