Completó la decoración de la casa colocando el pesebre en el lugar de honor que siempre se le reservaba. Y luego lo llenó todo de flores, de flores blancas, y amarillas, flores rosas, y azules, y rojas…, flores de color violeta.
¡Le gustaban tanto esos días en los que se sucedían reuniones tan esperadas durante el resto del año! Las reuniones familiares, y las de amigos, las reuniones con sus antiguos compañeros de colegio y de instituto.
Y para ponerle la guinda al pastel, los conciertos. Esos conciertos navideños que año tras año conseguían trasladarla a la infancia, a aquella niñez suya de la que solo podía recordar un estado eterno de felicidad.
Un canto a la Alegría de celebrar la Navidad, de forma muy bonita. Felices fiestas :)
ResponderEliminarBella evocación del ambiente navideño.Espero que disfrutes las festividades de este año. Cordial saludo,
ResponderEliminarKapizán