Le obligaron a estudiar para contable, aunque él siempre
quiso ser poeta. Sus padres tenían un almacén y necesitaban que llevase la
oficina. Así que ahora está atado a su banco y suma, divide y multiplica. Cinco
fósforos más cuatro jilgueros igual a nueve, por dos, dieciocho firmamentos de color.
Oohhhhh qué bonito, pero que muy bonito, me ha encantado. Qué lírico, que gustazo.
ResponderEliminarAbrazos
Me alegra que te guste, MM. Saludo.
Eliminarcómo me desesperan esas personas que siguen a sus padres en vez de a su corazón.
ResponderEliminar¡como si alguna otra vez en la vida les hubieran hecho caso!
Gracias por tu comentario, BB. Al final, una de dos, o hacemos lo que nos dicen los padres o todo lo contrario. No hay término medio.
ResponderEliminarCuánta belleza contenida en poco mas de cuatro hileras de palabras ! Cordiales saludos.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste, Beatriz.
EliminarMi Principito. Me gusta.
ResponderEliminarGracias, Manuel.
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