El hombre se había apeado de un lujoso automóvil de dos
puertas. Una mujer regresaba por la empinada calle a su domicilio. Llamó su
atención la elegancia del hombre y sus pausados movimientos - buscando un
número en particular - de los varios que fijaban en las fachadas la
identificación postal de sus moradores.
Arribaron al mismo tiempo a
igual número. Ya el hombre había
dado sus tirones a la campanilla del portal.
A quien busca Ud.? -
preguntó la mujer .
-Busco a doña Eufrasia del Sol Ramírez.
La mujer se quedó casi absorta mirando al elegante hombre y
tratando de adivinar su profesión.
-Siento decirle que doña Eufrasia en persona no podrá
atenderle. Ha fallecido!
“¿Cómo que ha
fallecido? Así sin dar aviso! Es que la gente ahora ni se despide de familiares
y amigos, como antes era costumbre. Que contrariedad más inesperada! - exclamó
el hombre y siguió murmurando : ”Anda que estamos lucidos con la noticia!”
Y cuándo, quiso saber. Como seis meses han pasado ya.
Ostias, seis meses! Y nosotros en el limbo.
Pero dígame, en qué puedo ayudarle, yo soy su nuera!
Pues no puede solucionar nada por más nuera de Doña Eufrasia
que sea!
La mujer ya se estaba fastidiando.
-Por favor, dígame, que le ha traído hasta aquí? - exigió
con firmeza .
-Pues verá , su señora suegra la que sin duda alguna estará
gozando de la gloria eterna, era nada menos que la dueña del nogal del pueblo.
Y no solo dueña del nogal, sino de las tierras colindantes…
La nuera abrió tamaños ojos, como dos ventanas abiertas de
par en par.
-Un nogal y las tierras colindantes - repitió.
-Claro! Que lo tenía heredado de su señor padre, y éste del
que fue su progenitor. ¿Vale ?
-Si Ud. lo dice … - murmuró la nuera.
“ El caso es que tenemos proyectada una carretera comarcal
que si o si debe pasar por donde el nogal y las tierras colindantes de
propiedad de doña Eufrasia y su firma es indispensable para dar el
consentimiento para la obra . ¿Cómo hacerle firmar a Doña Eufrasia ?”
Hombre, que Ud. no comprende que se ha ido de este Mundo?
Ya, ya! Pero con su firma no hay quien pueda! Aunque soy un
experto calígrafo , y tengo mis habilidades, justo la firma de Doña Eufrasia
era una de “esas “ que nadie se atreve a falsificar!
El hombre optó por apoyar su estatura contra la vieja pared.
Se hizo un silencio, que terminó con
una pregunta al interesado:
-Diga, cuántos metros cuadrados totalizan las tierras
colindantes?
-Yo que sé! Lo que abarca el contorno del nogal y unas pocas
raíces que sobresalen!
Beatriz Basenji
Foto:unnamed.
Me da a mi, que si se empeña ese caballero, al final conseguirá la firma.
ResponderEliminarInteresante cuento.
Un saludo.
Está muy bien
ResponderEliminarUn saludo.
Ja ja, yo imaginaba hectáreas y hectáreas y hectáreas... ¡qué bueno! Me ha encantado. :D
ResponderEliminarme encanta divagar con tus entradas me llevan a lugares diferentes un abrzo y se feliz muchacho
ResponderEliminarMi imaginación se iba a hectáreas...muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarNo es que sea un latifundio pero la codicia humana no conoce límites.
ResponderEliminarSi el hombre se empeña al final habrá firma.
Fijo.
Saludos.
Anda,y yo que pensaba que hablaba con la misma Dueña haciéndose pasar por nuera.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besitos
Muchas gracias, A !!
ResponderEliminargRACIAS a tod@s por sus comentarios !!
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