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Me ronda y sobre mi mantiene clavada la mirada. ¿Cuánto llevo aquí tendido? Con la luz encendida, no sé si es de día o de noche. El último destello es el de mi torpeza. Tengo conciencia de haber comido, así que era por la tarde cuando resbale. Inmóvil entre el retrete y la bañera, apenas me sale ya un hilo de voz, nadie me escucha.
Nerón, si. Sin querer se ha quedado aquí, encerrado conmigo.
No ha tenido consideración alguna al marcarme con su orina, he pasado a ser su trofeo. No me molesta, al revés me ha traído a la memoria tu sonrisa fresca, salvaje; y el dolor de verte salir de mi vida. Infidelidades iguales a las suyas, que a nadie pertenece. Sus pupilas tienen la arrogancia del que nada pide. La misma que tenías al decirme que te ibas.
De nada ha servido ser la mano amiga, la mano que acariciaba tu pelo, la que recibía el regalo de tu alegría de vivir. En alguna ocasión le di de comer, y quizá eso signifique algo. También, tú, me besaste y te alejaste sin darle importancia.
Estoy perdiendo la cabeza, confundo todo. Nerón, a mí lado saborea el instante, me sabe derrotado. Se pasea contoneándose, con el rabo alzado. No tiene reparo en jugar con su presa.
Quisiera cerrar los ojos, deslizarme a ninguna parte y cuando le venza el hambre… no estar.
Qué relato más siniestro y desconcertante. Si se trata de un gato, hay esperanza, pero si no es, uff!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Tener un accidente y quedarte encerrado con el gato, tiene que ser macabro y al parecer es algo que pasa a menudo.
EliminarUn beso o dos y que tengas un muy buen fin de semana.
Inquietante, la mascota provocando que el humano quede encajonado. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Albada, pues no me extrañaría que fuese culpa del gato el resbalón.
EliminarUn beso y buen finde.
¡La leche! Ángel, no tengo gatos porque mi hijo es alérgico. De lo contrario, seguro que tendría alguno, porque esa mirada que tienen me intriga mucho... hasta ahora. Ahora me lo pensaría, ja ja. Me ha encantado. BEsos :D
ResponderEliminarHola, Margarita, yo también soy alérgico a los gatos, al polen, los caballos y...
Eliminarpero leve y con una pastillita voy apañado.
Ahora, que te pase algo y la mascota se quede encerrada contigo, es mal asunto.
Un beso, una flor y buen finde.
Un ser humano atrapado, un felino como única compañía, malos augurios para el futuro.
ResponderEliminarSaludos.
Yo no querría estar ahí.
EliminarUn saludo, Alfred, buen finde.
Ser devorado por la propia mascota... no sería el primero.
ResponderEliminarEl hambre no entiende de vínculos afectivos.
Saludos.
Parece ser que es algo relativamente frecuente.
EliminarUn saludo y buen finde.
No tengo mascotas pero me gusta los animales desde lo lejos y no en mi casa
ResponderEliminarun abrazo inmenso
A mí, me pasa lo mismo, me encantan los animales, pero los silvestres.
EliminarUn beso, Mucha, feliz finde.
Tu relato resulta muy inquietante, menos mal que no tengo gato!
ResponderEliminarAbrazos
Yo, tampoco.
EliminarA. Gracias por comentar. Un abrazo.
Pues yo tengo a Ubuntu y oye que mal rollitoooo me está dando esto jajajaajajajajaajaja.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
Mientras le des bien de comer, y no te desmayes en un sitio cerrado, junto a él, no hay problema.
ResponderEliminarUn Beso, Irma. Gracias por comentar.
Tu relato es tremendo, primero por la fuerza que tiene en sí y segundo porque al fin y al cabo es algo que puede ocurrir. Muy buena la semblanza de lo que ha sentido por su amada y el gato que lo merodea en tan difícil circunstancia.
ResponderEliminarSAludos.
Manuela, muchas gracias, por el ánimo que me das.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Angel, muchas gracias por pasarte por mi blog 😀 hermosas palabras es lo que trasmite tu texto.
ResponderEliminarSaludos desde Plegarias en la Noche.
Gracias a ti, por pasarte.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola te encontré en el blog de Mucha y descubro al leerte textos que me gustan.
ResponderEliminarQuedarse encerrado con el gato y sin poder moverse tiene que ser terrible.
Lo contaste muy bien. Te felicito.
Si te apetece puedes venir hasta mi blog y contarme que te parece.Si no te apetece no pasa nada.
Un saludo Angel
Puri
Estas en tu casa.
ResponderEliminarGracias por la visita y la invitación.
Un saludo.
Ser esclavo de un gato o relegado debe ser de lo más humillante. Claro que el relato debe ser metafórico y entonces uno piensa en lo terrible que tiene que ser que un humano íntimo reniegue de la mano que le dio de comer y más. Vale la metáfora.
ResponderEliminarEn este caso el asunto es más bien realista. Pero creo que la soledad y el miedo al dolor, flota en el ambiente.
ResponderEliminarGracias por la visita. Un saludo.
me hace feliz verte tan bien con tus letras Un abrazo siempre
ResponderEliminarTremendo relato Angel, qué bien te ha salido, con tintes de desamor y terror emparejados. Qué terrible el final que seguramente le espera a tu personaje. Me ha gustado e impactado. ¡Saludos!
ResponderEliminarTigrilla, muchas gracias.
EliminarEstos gatos tienen lo suyo. Por acá también tenemos un gato que gusta meterse al cuarto de baño cuando hay alguien dentro. Nos observa .Mira con suma atención los artefactos sanitarios. Algunas veces intenta subirse al lavatorio y espera que el grifo arroje un hilito de agua. Y así nos demuestra cuánto adora esas gotas cristalinas !!
ResponderEliminarSon unos animales muy curiosos, con algo en la mirada que los hace enigmáticos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sus pupilas tienen la arrogancia del que nada pide. La misma que tenías al decirme que te ibas.
ResponderEliminarWow! resulta demoledor...
Besos.
Laura, son seres muy independientes, como algunas personas a las que no les importa los sentimientos de los demás.
ResponderEliminarUn beso.