Fotografía de Alexandr Podvalny |
Es una vacuna, solo un pinchacito. Repito como un triste mantra. Ya siento las manos pegajosas y un sudor frío me empapa la camiseta. Nadie alrededor nota nada, cada uno se ocupa de sus cosas. La sala es espaciosa y somos pocos los que esperamos.
Echo mano de toda mi fuerza de voluntad. Me obligo a avanzar, cada paso me acerca un poco. No sé lo que imagino, venas hinchadas, brazos taladrados, sangre; y otro paso que es un salto en mi pecho. Respiro hondo, profundo, preciso el aire, el oxígeno, sobreponerme, no es más que otro pinchazo. Vertiginosas visiones se agolpan, locas por escapar.
Cuando abro los ojos, estoy vacunado, y el desmayo no es más que una mala pasada de mis nervios.
Me han sentado y enfrente, la rutina continua. Mi piel gime, otro brazo desnudo, el acero hambriento y la oscuridad de nuevo a mi lado.
Pd.: Microrrelato escrito siguiendo la propuesta: Fobias de "EL TINTERO DE ORO" en este caso se basa en el miedo a las agujas e inyecciones, Aicmofobia, Belenofobia y tripanofobia. A cualquiera de estas fobias se puede aplicar el contenido del relato.
Muy original y bien narrado. Te deseo suerte, pero la calidad es evidente.
ResponderEliminarUn abrazo
Albada, pero esto de los microrretos creo que no es concurso.
EliminarEn cuanto a la calidad, soy un mar de dudas.
Gracias por darme ánimos.
Una cosa que no se le puede negar a los nombres de las fobias es que suenan a terminologia culta y cientifica : Aicmofobia, Belenofobia y Tripanofobia.
ResponderEliminarAhora bien me ha gustado la expresion del "acero hambriento", que describe perfectamente la maldad que percibe el protagonista, estas agujas nunca se calman ni sacian. Se entiende el porque del miedo.
Bien narrado
Los nombres se las traen.
EliminarJosé, gracias por pasarte y comentar.
Vaya bien que has descrito esa sensación de miedo al pinchazo, lo he leído sin pestañear, me ha gustado mucho, Ángel, te felicito por tu micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, María.
EliminarUn beso.
Nunca he tenido esas fobias. Eso sí, no es agradable que te pinchen.
ResponderEliminarBesos.
Laura, con esos nombres, mejor no tenerlos. Odio las agujas, pero no hasta esos extremos.
EliminarUn abrazo.
No tengo fobia pero no me la pondré asi de facil aqui nadie te obliga a nada
ResponderEliminarMucha, aquí tampoco es obligatoria, pero casi.
EliminarUn abrazo.
Ayyyy, muy posible en uno que me conozco.
ResponderEliminarBuen micro Ángel!!
Besicos muchos.
Pues, ya sabes de dos, por que a mi... casi.
EliminarUn beso.
Muy logradas las sensaciones y eso que nunca me han dado miedo las agujas. Cuando estaba embarazada de mi hija y en las clases de preparación al parto vino el anestesista a hablarnos de la epidural, una de mis compañeras se puso mala solo con ver el tamaño de la aguja y se puso de parto esa misma noche. Creo que ella sí que padecía una de esas fobias. La verdad es que cualquier fobia es horrible para quien la padece. Todo lo contrario de tu texto, que te ha quedado fantástico. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMJ, me alegra que te haya gustado. Esto de las fobias a los que no las padecemos nos parece un tanto absurdo. Pero, para el que las tiene son un verdadero problema.
EliminarGracias, por pasarte y comentar. Un saludo.
Hola Angel! Qué gusto que hayas entrado al reto, nos has regalado un micro muy bueno, donde uno puede sentir la fobia que siente el protagonista, además muy buenas imágenes que contribuyen a la sensación de miedo. Saludos!!
ResponderEliminarAna, que sepas que la culpa es tuya, he leído tus participaciones y en está ocasión me he animado. Las fotos son un suplicio hasta que encuentras la adecuada.
EliminarUn abrazo.
Muy buen relato, Angel. Es increíble, este reto nos está revelando un mundo desconocido.
ResponderEliminarUn abrazo
Mirna, la verdad que este reto es muy interesante y con tanta fobia se pueden escoger muchas posibilidades.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un abrazo.
Padecer esta fobia requiere de un esfuerzo mental enorme. Haya vídeos de gente que la padecen y lloran como niños. Increíble el relato, muy bueno.
ResponderEliminarImagino dependerá de cada uno, pero estas cosas para quien las sufre son un tema serio. Me alegro si te gustó.
EliminarRR, gracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Pues me he sentido ahí, un poco así como con la piel de gallina... madreeee. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, te veo fuerte, no creo que te impresionen las agujas, jajaja.
EliminarUn abrazo.
Qué angustia se desprende.
ResponderEliminarHas retratado esa fobia con palabras.
Para quien lo padece debe ser terrible.
Saludos.
Toro, ya lo creo, en cierta medida a mi me sucede, siempre me pongo muy tenso ante las jeringuillas, sin llegar a esos extremos. De hecho los de los telediarios me tienen amargado, con tantas escenas de vacunaciones y pinchazos. Les encanta la casquería. Un saludo.
EliminarHola, Ángel. Muy buen micro. Transmites muy bien la angustia y la impotencia del protagonista.
ResponderEliminarGracias, Marta, me alegro que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Hola... has logrado describir la sensación al enfrentarse inevitablemente a nuestros mayores miedos en un micro muy actual y bien contado... me ha gustado mucho. saludos
ResponderEliminarOctavio, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte.
Un micro de lo más actualizado, Ángel, al margen de la fobia. Mira que si algunos de tus lectores, Ángel, las padece y le toca ir a vacunarse en estos días lo mismo se lo piensa.
ResponderEliminarHas descrito la angustia con eficacia.
Un saludo cordial, compañero, y ¡bienvenido!, creo que es la primera vez que te leo.
Seguro que más de uno vive amargado pensando en la vacuna. Si, en el tintero es la primera vez que participo.
EliminarUn saludo, gracias por pasar y comentar.
¡Hola, Ángel! Lo primero es agradecerte la participación en este reto. Lo segundo es que me parece un micro fantástico en el que has sabido mostrar literariamente el pavor que provocan esas agujas para quien padece esta fobia. Expresiones como brazo desnudo, (indefenso), acero hambriento (depredador), brazos taladrados (sangre y horror). Con todo ello vas incorporando sensaciones desagradables en el lector que logran que empaticen con la fobia. Magnífico micro, y muy oportuno dado que esta no es buena época para quienes padezcan esta fobia. Un abrazo!
ResponderEliminarDavid, muchas gracias por pasarte y por tus palabras. Y, no, no es un buen momento para los que odian las inyecciones.
EliminarUn abrazo.
No me seas miedicas jajajajaja. Me ha encantado tu relato muy con los tiempos actuales, ainsss todavía me toca esperar un poco.
ResponderEliminarAbrazote utópico.-
¡Miedicas... miedicas yo!, no lo siguiente, que uno no vale "pa ná". jajaja
EliminarA mi también me toca de esperar, pero no tengo prisa, ninguna.
Un abrazo y buen finde.
hola tienes varios virus en tu blog mi bloqueador me ha avidado trata de limpiarla antes de tener un problema saludos muchacho
ResponderEliminarGracias Mucha, por el aviso, acabo de pasar el antivirus y no detecta nada.
EliminarMuy bien contado, Ángel.
ResponderEliminarTe lo dice quien ha padecido esa fobia, ya desde niño. Cuando me hice donante me acostumbré a las agujas y se me pasó.
Un saludo.
Macondo, pues yo no les tengo ninguna simpatía a las agujas y con la edad... si me apuras va a peor.
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar. Un saludo.
Los pinchazos y las extracciones de sangre sin llegar a ser fobias pueden dar mucho yuyu en algunas personas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Francisco, gracias por pasarte y comentar. El tema de las jeringuillas a más de uno le pone la carne de gallina.
EliminarUn saludo.
Buenas tardes Ángel, pues la verdad es que estos tiempos que corren, son malos para el protagonista, je je. Por otro lado , describes perfectamente la agonía del sujeto y la ambientación me gusta. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Pedro, me alegra que te haya gustado. Y si para el que no gusta de inyecciones corren malos tiempos.
EliminarUn saludo
Un micro actual de una fobia aún más actual. Muy visual ese miedo, que, por otro lado, parece muy racional. Fantástico
ResponderEliminarUn abrazo!
Pepe, gracias por pasarte y por tus palabras. Me alegro si te gusto.
EliminarUn saludo.
Lo curioso de este relato es que lo he leído como si fuera una experiencia personal tuya aunque exagerada; solo al final he caído en que venía marcado por el tema Fobias. Te podría contar de pinchazos de envergadura, pero mejor lo dejo, por si el lector se marea.
ResponderEliminarFackel, aguja buena, la del tocadiscos, las demás ni nombrarlas. El tema pinchazos lo llevo fatal, pero no tan exagerado como en el relato, aunque alguna vez me he mareado.
ResponderEliminarUn saludo.
Realmente las fobias no son gratas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cierto, gracias por pasarte y comentar
EliminarUn saludo.
Hola Ángel. Pues yo de esta fobia tengo un rato. Como nuestro protagonista, hago de tripas corazón y me prestó al pinchazo, pero la verdad es que no lo paso nada bien.
ResponderEliminarUn saludo. Gran relato.
Bruno, pues ya somos dos.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Hola Àngel, un buen micro donde has puesto a flor de piel las terrible angustia de una persona que es victima de una fobia, así es como yo lo considero, una fobia transforma en victima a quien la padece y seguro que a las personas que tiene alrededor. Un micro muy explícito y muy bien narrado. Un saludo, y un abrazo¡¡
ResponderEliminarSin duda, cualquier persona con una fobia tiene un problema, variará en función de lo intensa que sea la fobia, en un ningún caso resultara agradable y en algunos son incapacitantes.
EliminarUn abrazo y otro saludo, que son gratis.
Muchas gracias por pasar y comentar.
Hola, Ángel. Inevitable pensar en cuántos estarán pasándolo mal estos días por culpa de esta fobia que describes. Me consta de gente que no duerme pensando el momento en que le tocará, otros directamente han decidido no ir. El relato me ha parecido magnífico. Un abrazo.
ResponderEliminarNo me extraña y más con la matraca que dan las televisiones al respecto, si no le tienes manía a las vacunas, se la coges solo por lo pesados que se ponen.
EliminarUn saludo, Isan y gracias por pasarte y comentar.
yo no me di la vacuna y aun no se si me la daré
ResponderEliminarno es porque le tengo miedo
sino porque antes jamás me vacuné
Mucha, esto es como todo, mientras no pase nada no hay problema, lo malo es lamentarse.
EliminarUn abrazo.
Hola!
ResponderEliminarQue situación más desagradable debio ser para tu protagonista que se tuvo que enfrentar al terror de la tripanofobia. ¡Muy buen micro!
Un saludo
Yessy, no en ese extremo pero a muchas personas no les hace ni pizca de gracia eso de los pinchazos, a mi por ejemplo. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte y comentar.
La fobia a las agujas es muy habitual y sé que la gente que la padece lo pasa fatal cuando tienen que hacerse una analítica simplemente, de hecho conozco a más de uno que no va al médico a no ser que se esté casi muriendo solo por evitar la probabilidad de que le manden un análisis de sangre.
ResponderEliminarMalos tiempos estos de pandemia para padecer una fobia así.
Genial relato, me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Así es, Kirke, un simple análisis ya da sudores. Lo de las fobias en general es un problema para el que lo padece.
EliminarMe alegro que te guste.
Un saludo y gracias por pasar y comentar.
Hola Ángel, excelente micro, perfecto, seria mejor para describirlo a mi parecer, repleto de emociones y sensaciones.
ResponderEliminarUna fobia más común de lo que se piensa, y más porque de niños nos suelen meter miedo con ponernos una puya, como decimos aquí.
Haré una anécdota, mi padre durante un tiempo siendo muy pequeños nos ponía en fila al levantarnos, éramos cuatro hermanos en ese entonces, y nos ponía una inyección en el brazo, decía que era para que no le tuviéramos miedo, aunque mi madre nos decía que era para no perder la práctica de lo aprendido, ni imagino que nos inyectaba a diario, ja, ja.
La cosa es que nunca he temido a eso, y trate, de que mis hijos tampoco, desde luego no con esa metodología, si no haciéndoles ver que era como una picada de mosquito, y siempre que había que sangrarlos o vacunarlos, ponían su bracito sin mas.
Pero hablando de adultos, a muchos les suele pasar como a tu protagonista, y otros se ponen tan tensos que doblan las agujas o no la dejan entrar, ja, ja.
Agradables días.
I. Harolina, gracias por pasarte y por la anécdota que me resulta inimaginable, yo también me lleve algún pinchazo que otro de pequeño y por ello no me gustan más. En cuanto a los temores es todo un mundo y cada persona le tiene más o menos miedo a algo.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Angel. La fobia a las agujas es un clásico entre las fobias, personalmente a mi no me hacen tampoco ninguna gracia. Has descrito perfectamente las sensaciones agobiantes que experimenta el paciente, nos haces partícipes de su angustia. Un saludo.
ResponderEliminarJorge, gracias por pasar y por tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Si es cierto, algunas personas,
ResponderEliminarsufren esas fobias, que dan sensaciones
horribles de pánico.
Besitos dulces
Siby
Siby, pánico es la palabra. Tener una fobia profunda tiene que ser terrible.
EliminarUn beso y buen finde.
Mi cuñado lo va a tener que soportar... No encuentro el momento de narrar ese acto dantesco. Tú te has adelantado de manera magistral
ResponderEliminarRiol, no te cortes y a tu manera nos lo cuentas, seguro que sale algo bueno.
EliminarUn saludo y gracias por comentar.
¡Hola, Ángel! Un relato muy conciso que muestra de una forma brillante una fobia que padecen muchas personas. ¡me ha gustado! Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarJavier, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Esta fobia ,el que la padece en estos días lo tiene que pasar fatal, tanto antes de vacunarte como después.
ResponderEliminarLo narraste con todo detalle y de lectura fácil.
Un abrazo Ángel.
Puri
Gracias Puri, pues si malos tiempos para el que odia las inyecciones, le persiguen por todas partes.
EliminarUn abrazo.
Hola, Ángel. Sin necesidad de mirarme en el espejo conozco varios casos que con oír la palabra aguja pierden el color y parecen siluetas pintadas en la pared. Bueno, comozco la sensación y aunque ya estoy vacunado para ella, todavía me trae ese tipo de recuerdos que acertadamente nos narras, doy fe de ello 😂🖐
ResponderEliminarJM, yo trato de mentalizarme y aunque de mala leche al final... me pincho.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Hola Ángel , la verdad es que cuando a uno no le gustan
ResponderEliminarlas agujas se pone así de malo o peor , a mi padre le suele pasar eso
pero a él le ponen una palometa ya que una vez si que perdió el conocimiento
y estaba más blanco que la cal , me a gustado mucho tu relato , te deseo una feliz semana saludos de flor.
Es un asunto serio esto de las fobias.
EliminarFlor, gracias por pasarte y por la anécdota.
¡HOla Ángel!, genial tu relato. Agobiante. "Me han sentado, y enfrente la rutina continua". Esta frase me parece total, todos vamos a lo nuestro y no reparamos en alguien que, tal vez, oide una mirada amiga. También te agradezco tu visita a mi blog, en esta mi primera aportación en esta comunidad que habéis formado. Muchas gracias, me encantó tu comentario.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
José, gracias por pasarte y comentar. Me alegra que te haya gustado. En cuanto a mi participación en el "Tintero" también es la primera.
ResponderEliminarUn saludo.
He sido testigo de esta fobia, y debo reconocer que la transmites en tu relato muy bien, el sufrimiento del protagonista acongoja.
ResponderEliminarMe ha gustado el micro.
Un abrazo.
Carles, no sé, pero quizá sea de las fobias más frecuentes. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte y comentar.
¡Hola! Muy buen relato. Has sabido llevar una fobia a un tema muy de actualidad: las vacunas. Esto me ha parecido una gran idea. Además, está muy bien reflejada la inquietud en el personaje, desde el momento en el que está esperando hasta que finalmente está vacunado. Ese detalle está muy bien, porque el miedo a algo no se siente solo en el momento, sino también en los instantes previos a saber que va a ocurrir.
ResponderEliminarUn saludo.
M.A. el que tiene un problema de este tipo lo sufre con su imaginación y no siendo algo real él lo siente con angustia.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado.
Gracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Hola, Ángel, que descripciones tan buenas en tu relato, ya la imagen realza las sensaciones al miedo a las vacunas. Además, en buen momento hablas de ellas, imagino que por desgracia habrá mucha gente que ahora, se de cuenta que tiene alguna de las fobias que enumeras.
ResponderEliminarGenial.
Saludos;)
Mila, no corren buenos tiempos para los que nos gustan los pinchazos.
EliminarGracias por tus palabras. Un saludo.
¡Qué buen microrrelato, Ángel! No, no sabía que era una fobia, tampoco llegué a desmayarme; pero me he visto paso a paso siguiendo una cola inmensa de gente, con sudoración y aprensión ante la vacuna que iba a recibir.
ResponderEliminarUn saludo.
María Pilar, está fobia a las inyecciones, agujas etc. creo que es compartida por muchos, yo sin llegar a desmayarme, pero marearme... en alguna ocasión me han tenido que sentar.
EliminarGracias por pasarte y comentar. Un saludo.
Rara fobia. Los humanos, desde muy pequeños nos inyectan las vacunas que ya son de orden universal, y luego las que necesitemos en momentos difíciles. Algunos fueron salvados gracias a la penicilina inyectable, en sus diversas denominaciones. Lo que sí es más traumática la extracción de sangre. Conozco quien desde los 4 añitos proclamaba que quería ser "doctora" y cuando a los 13 tuvieron que hacerle un análisis urgente de su plasma, pues entre tres la debimos sostener.
ResponderEliminarBeatriz, no cabe duda de las bondades de los antibióticos o de las vacunas, pero hay algo en las agujas que ha mucha gente nos da repelús en el mejor de los casos. Ojalá que la "doctora" haya encontrado su verdadera vocación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Ángel, la Tripanofobia es terrible para quien la sufre. Tu personaje tenía que salir de esa sala rápido sino los desmayos no paran, pobre... Un abrazo 🐾
ResponderEliminarPues si, llegado a esos extremos debe ser terrible.
ResponderEliminarRosa, gracias por pasarte y comentar.
Un abrazo,
Yo tuve fobia a las inyecciones durante décadas!! Identificación total. Muy bien narrado :)
ResponderEliminarMerce, gracias por pasarte y por tus palabras.
EliminarUn saludo.