Fotografía de Aimee Vogelsang en Unsplash |
La fecha en que tomó conciencia de su poder, no tiene la menor importancia. Pero el día lo recuerdo como si fuera hoy.
Mamá nos consolaba, se preguntaba por qué llorábamos, no terminaba de comprender lo ocurrido.
No era una cuestión de compresión, ni de culpas, era cosa de intuir la fuerza que acababa de desatarse.
Mi hermano se levantó y sin siquiera desayunar, se puso a montar el puzle hasta bien avanzada la mañana, fue uno de los regalos que recibió en su cumpleaños y con calma, pieza a pieza, formó primero, la montaña y las nubes. Despacio, saboreando los pasos, tomaron forma el cielo y la tierra, la casita, ¿no sabe por qué? se resistía aunque eran pocas las fichas pendientes de colocar.
Yo, mientras, rondaba inquieta por el salón, habría dado cualquier cosa por participar en la emoción de descubrir las imágenes ocultas, por disfrutar del tacto suave de las piezas.
―Déjame ayudarte, anda déjame ―le pedí.
Él, me consideraba el ser más pesado y pegajoso de la tierra.
Que no, que le dejara, ―¡Que no tocase!―.
Sin pararme a pensarlo di un manotazo. Desde la mesa, el puzle salió en un vuelo lleno de interrogantes. Planeo hasta el pasillo antes de tocar el suelo y destrozar la ilusión.
Fue el momento en que deseó que muriera.
Atónita, por lo que acababa de hacer. ¿No se que vi? Un desconocido. Todo su ser transformado. Espantada, recule hasta resbalar en un golpe seco y rotundo. La casa entera se estremeció, predecía la sorpresa.
Por lo que luego, él, contó, sintió detenerse el mundo y como la luz cambiaba a una transparencia irreal: «Era la mirada de Lauri, fija en el espasmo, la que suspendía la vida.»
Comprendí la angustia de los peces fuera del agua. La boca y los ojos muy abiertos, tendida en el suelo, el pecho encogido, incapaz de respirar.
Inmersa en una burbuja, a mamá la escuchaba trastear en la cocina, ajena en la distancia.
Él, por entonces, ya sospechaba del poder de los deseos y había deseado lo peor. A pesar de ello, no podía creer lo que estaba sucediendo. Nervioso, tomó mis manos y me incorporó, me abrazó, besó y zarandeó; maldiciones y promesas se alternaron en su boca.
De nuevo deseaba, y supe que era con todo su ser. ―No podía suceder nada―.
En el momento que una bocanada de aire, entrecortada como cuando tienes hipo, rompía las paredes de la celda en la que estaba recluida, llegó mamá alertada por el escándalo.
Lo demás fue rápido, sofocada bebía el aire y en un renacer yo misma me puse en pie .
No pudo reírse aunque quiso, mocos y lágrimas adornaban mi cara, según él, la más bonita que había visto en su vida.
Es cuando, mamá nos abrazó diciendo que no lloráramos, que no sucedía nada.
Sí, sí sucedió algo, como más tarde y en tantas ocasiones, en todo momento se cumplieron sus anhelos.
De la experiencia, dijo haber aprendido, quiso convencerme de que tendría cuidado, que algunos deseos… daban miedo.
Como críos que somos, a veces, olvidamos. Él, ya no recuerda las promesas.
Y esta vez no ha sentido lástima.
Pd.: Relato escrito para el concurso: Matilda, de Roald Dahl, en el Tintero de Oro.
Merece premio el relato.
ResponderEliminarEs angustioso y estremecedor.
Es como si un mundo culto hubiera asomado por las rendijas de lo cotidiano.
Muy bueno.
Saludos.
Lo más siniestro lo solemos tener al lado.
EliminarToro, gracias por tu apoyo.
Un saludo.
Toda la angustia de un mal deseo, narrada con brillantez.
ResponderEliminar¡Suerte!
Alfred, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Realimente inquietante, nos dejas, a mí al menos, con una marabunta de nervios, y esa reflexión de si no habrá deseos que mejor que nos cumplan.
ResponderEliminarUn abrazo
Maripau, me alegro si he conseguido entretener aunque, solo sea un poco.
EliminarGracias por tus palabras, las siento como un gran apoyo.
Un abrazo.
Excelente Ángel. Me ha encantado!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, tu ánimo si que me encanta a mi.
EliminarGracias por tus palabras.
Un beso.
Maravilloso relato, me ha encantado, Ángel, lo has bordado.
ResponderEliminarUn abrazo.
María, tú si que sabes dar ánimo, gracias por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Gracias, Ángel, por participar con este relato en la edición del concurso dedicada a Roald Dahl y su obra Matilda. Un abrazo y suerte!
ResponderEliminarHaber que tal, es la primera vez que presento nada a concurso y hay compañeros que escriben realmente bien.
EliminarUn saludo.
Tremendo relato, me encato!
ResponderEliminarBella, me alegro si he conseguido entretenerte aunque, solo sea un poco.
EliminarUn beso.
Excelente relato, me ha encantado. Saludos.
ResponderEliminarMarina, me alegra que te haya gustado.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
hola, excelente relato. Produce una sensación de angustia que lo acompaña a uno por el texto.. me ha gustado mucho. Saludos
ResponderEliminarOctavio, si he sido capaz de entretener aunque, solo sea un poco, me doy por satisfecho. Gracias por el comentario.
EliminarUn saludo.
Buenos días Ángel.
ResponderEliminarSi no fuera por el tema que se pide de poderes en niño, ¿quién iba a predecir que después del juego apacible del puzzle ocurriera lo que ocurrió?
Lo cuentas desde la voz de la niña, a quien su hermano considera “el ser más pesado y pegajoso de la tierra”.
No hay que minusvalorar la fuerza y el potencial de algunos deseos.
Un cordial saludo, compañero.
Tara, muchas veces no pensamos en las consecuencias de nuestros deseos.
EliminarGracias por pasarte y por tus palabras.
Un saludo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHas hecho del típico enfado entre hermanos, una odisea de angustia con una pizca de misterio. Buen relato y suerte en el concurso. Un abrazo. Borré el comentario porque puse «germanos», en vez de «hermanos». Ja, ja, ja.
ResponderEliminarPues, quién sabe, a lo mejor son germanos.
EliminarRR, gracias por tus palabras.
Un saludo.
Hola Ángel. Me ha gustado mucho el desasosiego que transmiten tus palabras. Has logrado que vaya leyendo con cuidado , temeroso de lo que me podía encontrar. Muy Buen relato. Un saludo.
ResponderEliminarPedro, me alegro si, al menos, he conseguido entretenerte. Gracias por tus palabras.
EliminarUn saludo.
¡Hola Ángel! Me da mucho gusto que hayas decidido participar en El Tintero con este relato. Mientras lo leí me sentí al borde de un abismo observando la negrura sin fondo. Muy buena la forma de narrar el horror y el final no podía ser mejor. Me ha gustado mucho. ¡Saludos!
ResponderEliminarAna, gracias por tus palabras, el nivel está muy alto, aún me pregunto ¿Cómo me he atrevido?
EliminarUn abrazo.
Hola, Ángel. Nos traes un relato muy interesante al concurso del Tintero. Haces realidad eso de que hay que tener cuidado con lo que se desea. Suerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen, cuanta razón hay en esa reflexión. Espero que te haya gustado.
ResponderEliminarUn saludo.
¡Qué peligro tienen a veces los deseos! Un relato muy inquietante que se lee con vértigo y la sensación de algo trágico a punto de ocurrir. Buena historia, Ángel. Mucha suerte.
ResponderEliminarMarta, gracias por tu comentario e igualmente, mucha suerte.
ResponderEliminarUn saludo.
Wow
ResponderEliminarNo es facil escribir en ese grupo ya que todos creen ser escritore
ResponderEliminarPero te has animado y te ha salido fantastico
te felicito
Mucha, no soy de concursos, aunque, aquí tampoco siento la tensión feroz de la competición. De hecho no tenia pensado participar, me salió esta historia y ahí está no pretendo más con ella. De momento solo me he encuentro personas amables.
EliminarUn beso.
te felicito eres un campeón
EliminarHola, Ángel, leyendo el anterior comentario te digo que el Tintero es un concurso donde prima la puesta en común de los relatos, por ello, eso de ganar, creamos lo que nos creamos, lo hacemos todos. Me alegro que te hayas animado, la verdad es que es muy gratificante. Y te animo a que continues, aunque este año ya se terminó jajaja.
ResponderEliminarEn cuanto a tu relato, decirte que m ha impactado. La eterna riña de hermanos llevada a la enésima potencia. Los hermanos no somos hermanos si no nos lanzamos pullitas, pero claro, si van de ese palo mejor pensarlo, jeje. Muy buena la tensión y la profundidad, he sentido ese terror que se apodera del relato y que llegas a transmitir con mucho acierto.
Un abrazo y nos leemos!
Gracias Pepe, los concursos los entiendo como un juego, no tengo más pretensión que esa y aprender de los demás.
EliminarEn cuanto a esta historia, me alegro si al menos conseguí entretenerte.
Un abrazo.
Buenísimo.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo.
Amapola, me alegro de que te guste.
Eliminarun abrazo.
¡Hola! Muy buen relato. Intenso y estremecedor. Potente poder con el que hacer mucho mal, o mucho bien. En todo caso, el control es necesario. ¿Siempre podemos controlarnos?
ResponderEliminarSuerte en el concurso.
Saludos
Este poder en manos de un niño, malo, es muy difícil controlar lo que se desea y si encima esto se consigue sin esfuerzo, peor.
EliminarGracias por tu comentario.
Un saludo.
Hola Ámgel. Vaya relato sombrío y estremecedor nos has regalado. Como diría el tío Ben Peter Parker: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad", y parece ser que responsable, lo que se dice responsable, no es precisamente el hermano de nuestra protagonista. ¿Qué pasaría entre ellos para que no tuviera lástima de ella? ¿Simplemente era una mala persona?
ResponderEliminarMuy buen relato. Mucha suerte en el Tintero.
Bruno, no tengo ni idea de que habrá pasado, pero sabiendo lo egoístas que suelen ser los niños, o por lo menos algunos, me da que van ha tener muchos problemas con él.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Un saludo.
Saludos
ResponderEliminarUno de estos chicos tiene un poder muy bueno, excelente para mantener a la raya a los hermanos y hermanitas abusones.
Auqneu en si la atmosfera del relato tiene cierto tiente de pelicula de horro. Me ha gustado y esta bien narrado
(creo que ya habia comentado aqui, quizas algo diferente, pero dejo este nuevo, porque le di una segunda lectura y encontre mas detalles)
Jose, me alegro si te ha gustado, gracias por pasarte y comentar. Solo ha quedado reflejado este comentario.
EliminarUn saludo.
Hola Ángel, es la primera vez que leo tus relatos, encantada, y bienvenido a mis historias y al Tintero de oro. Me gustó mucho las descripciones y esa idea del puzle. Cuando andas cabreado los malos deseos se magnifican y como crios estás convencido que se harán realidad. Un gusto leerte. Gracias. Un abrazo.
ResponderEliminarEmerencia, es verdad, de críos pensamos que todos nuestros deseos se harán realidad.
EliminarUn abrazo.
Aletea la angustia desde que el puzzle vuela por los aires hasta el final en que queda suspendida en el texto la certidumbre de que el deseo se ha cumplido de nuevo quizá en otra victima, y lo peor de todo, no hay arrepentimiento.
ResponderEliminarLo leí de corrido.
Un abrazo.
Francisco, creo que es fácil que alguien, y más un niño, con un poder de ese estilo se convierta en un tirano.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un abrazo.
Hola, Ángel, creo que es la primera vez que leo uno de tus escritos y he disfrutado con su lectura y con las emociones que provocas con el desarrollo de la historia. Me ha gustado mucho tu relato.
ResponderEliminarSuerte en el tintero y bienvenido.
Carles, gracias por pasarte. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn saludo.
Muy bien narrada esa lucha entre hermanos, es que te deshagan un puzle fastidia bastante, la reacción del hermano ante ese hecho indica un grado de maldad que todos desconocían.
ResponderEliminarUn abrazo Angel .
Puri
Puri, estamos viendo diariamente que es en la familia donde se esconden los odios más retorcidos.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Apenas he podido llegar hasta aquí. Ahora mismo estoy haciendo llegar aire a mis pulmones, porque en ciertos momentos sin darme cuenta se me produce una apnea.
ResponderEliminarBuen cuento.
Beatriz, corazón, toma aire y respira. Esta misma semana yo lo pasé fatal atragantado durante unos instantes... en fin, aún me molesta el pecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Wowwww que relato mi amigo
ResponderEliminarAngel, hasta casi me como
las unas, pero muy bueno
sentí tan real,esos instantes.
Besitos dulces
Siby
Besitos dulces
Siby
Siby, Gracias por pasarte y no te muerdas las uñas, haz el favor. Jajaja.
EliminarUn beso
Hola, Ángel. Oscura y siniestra historia que da miedo a solo imaginar que pueda ser mínimamente real.
ResponderEliminarSaludos y suerte 🖐
JM, seguro que en la realidad hay casos peores.
EliminarIgualmente, un saludo y suerte.
¡Hola, Ángel! Esta es la primera vez que leo algo tuyo y ay, que mal me lo has hecho pasar ¡pero que bien explicado esta! Me ha gustado mucho :) ¡Nos leemos!
ResponderEliminarAura, gracias por pasarte, me alegro si te ha gustado.
EliminarUn abrazo. Nos leemos.
De que la agresividad late en cada individuo no me cabe duda. Que emerge y puede llegar a ser virulenta cuando las relaciones se enturbian -por envidia, celos, emulaciones, ira, etc.- se ve con frecuencia a lo largo de la vida. Algunos lo tienen en sus casas cada día. Y ojo, que lo que sucede de niños puede tener una escalada que se manifiesta incluso de adultos, sin que se borren las malas intenciones. Todos conocemos muchos conflictos entre hermanos. ¿Quién dice que no vienen de las diferencias, algunas sutiles, manifestadas en la infancia y la intervención o pasividad de los padres? Muy oportuno texto. Muchas gracias.
ResponderEliminarFackel, dentro de la familia se puede esconder el terror más cruel y este seguro se va incubando desde la infancia.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte.
Muy, muy bueno. Además la foto es super inquietante.
ResponderEliminarUn abrazo, Ángel.
Rocío, gracias por tus palabras.
ResponderEliminarEn cuanto a la foto, menos mal que existen estas cosas de Unsplash, pexels...
Un abrazo.
Hola, Angel. He leído en algún comentario anterior que no sueles participar o publicar, pero está claro que sí sabes escribir y nada mal, por cierto. Así que no te lo guardes y compártelo, te lo agradecemos los lectores. El relato magnífico e intrigante a la vez con aviso a navegantes. Un saludo.
ResponderEliminarIsan, gracias por ese ánimo que me das, lo poco que escribo lo hago inmerso en un mar de dudas y cada vez me cuesta más.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Ángel. Una escena cotidiana se puede convertir en algo terrorífico. Una simple riña entre hermanos casi acaba con la vida de la niña. Ese deseo, fruto de una ira irreprimible... Este chico deberá controlar sus anhelos. Buen relato con inquietante final. Saludos y suerte en el Tintero
ResponderEliminarJosé, gracias por pasarte. Como vemos cada día, dentro de la familia se encuentra el amor más sincero y el terror más sádico.
EliminarUn saludo.
Vaya que hermanito, yo como pido me internen jajajaja que morir aterrada junto a un hermano así. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarPerlas, desde luego de mal criados mejor estar lejos.
EliminarGracias por pasarte, un abrazo grande para ti y Venezuela.
Madre mía, pensé que sucedería lo peor!!!!! Muy bueno!
ResponderEliminarMerce, me alegro de que te guste.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un saludo.
Hola Ángel. Una pelea entre hermanos donde él lleva las de ganar gracias a su poder sobrenatural, que de niño no puede controlar. La sorpresa llega al final cuando ya de mayor, utiliza ese poder para dar rienda suelta sin miramientos a sus frustraciones infantiles. Y es que tener un poder así conlleva una responsabilidad que el ahora hombre no posee. Buena la presentación en primera persona desde el punto de vista de ella. Buen relato. Un saludo.
ResponderEliminarJorge, tener ese don tipo tiene que ser muy difícil de llevar sin caer en la tiranía.
Eliminargracias por tus palabras.
Un saludo.
Hola Ángel, nunca más aplicable que hay que tener cuidado con lo que se desea, me ha gustado mucho la narrativa, los tiempos, y los detales, de esa escena de juego entre hermanos que termina en ese instante de agonía, finalmente resuelto de forma feliz, un gran abrazo, saludos y suerte en el tintero¡
ResponderEliminarMik, me alegro mucho de que te guste.
EliminarGracias por pasarte y comentar. Suerte para ti también.
Un saludo.
Hola, Angel. Un relato que nos transmite con mucha fuerza y angustia el poder de los deseos. Y el fracaso de algunas promesas. Muy bueno. Un abrazo
ResponderEliminarMirna, me gusta tu punto de vista "el fracaso de las promesas" y es que una promesa hoy en día suena ha algo hueco y vacío en la mayoría de los casos.
EliminarGracias por pasarte y comentar.
Un abrazo.
Hola Ángel. El final me ha dejado descolocada y aterrada. Un poder ciertamente terrorífico y peligroso. Pero ya se sabe aquello de..."cuidado con lo que deseas, tal vez ae haga realidad."
ResponderEliminarSuerte y un saludo.
MJ, gracias por tus ánimos, efectivamente hay que tener cuidado con lo que se desea, a lo mejor se hace realidad.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Ángel, un relato inquietante donde las cosas no ocurren como parece, aunque la madre no se consciente. Los deseos son peligrosos según en qué personas nos muestran un pozo oscuro del que no vemos el fonto, pero lo intuimos terrible.
ResponderEliminar¡Felicidades y suerte en El tintero!
María Pilar, gracias por pasarte y comentar.
EliminarUn abrazo.
Que buen relato, lo he disfrutado.
ResponderEliminarme has llevado a la infancia y a ciertos momentos en que yo también me sentí así, como que no encajaba , que la diferencia de edad y sexo hacía que no nos entendiésemos... por suerte, aquello cambió con los años. Cosas de críos, supongo.
Gracias y besos.
Me alegro si te ha gustado, creo que es algo relativamente común el ningunear a los hermanos pequeños. Con los años, como tu bien dices, la cosa cambia.
EliminarUn abrazo.
Para mí es ganador, buen ritmo, buena idea y una hechura estupenda
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias, Maripau, pues no me he comido un rosco, otra vez será.
EliminarPero la verdad es que he quedado contento con el resultado.
Un beso.