Su risa turbada se ahogó con el cierre de las puertas automáticas, un reguero de gotitas de sangre salpicaba el suelo y me figuré que eran miguitas de pan dejadas para no perder el camino, para regresar a la cordura, para volver a casa.
Los sanitarios que le atendieron en urgencias no daban crédito a lo que veían, el desgarro en su nalga necesitó más de nueve puntos de sutura, mientras sus carcajadas histéricas dejaban perplejos al resto de pacientes que por un momento aparcaron sus propios padecimientos.
El psiquiatra de guardia, habló con él después de que le curasen, cree que de algún modo se autolesionó y quiere saber si en más ocasiones ha sufrido alucinaciones.
Me pregunta y sin levantar la mirada del suelo, mientras el sonrojo por mentir colorea mi rostro, le ha dicho que sí, qué últimamente se muestra un poco extraño y nervioso.
Pero lo cierto es qué, el cocodrilo hace un mes que sale por el retrete, va creciendo…
Y ayer olvidé darle de comer.
Pd.: Texto escrito para El tintero de oro y su propuesta sobre leyendas urbanas.
Hay que tener cuidado cuando vayas al retrete y echar un vistazo antes de sentarte. No haya un cocodrilo del Nilo con las fauces abiertas. Lo tendré en cuenta la próxima vez.
ResponderEliminarUn saludo.
¡ Y papel! importantísimo que no haya cocodrilos y que el papel no se haya terminado.
EliminarCayetano, gracias por la visita.
Un saludo y buen domingo.
Sorprendente relato.
ResponderEliminar:)
Besos.
Amapola, me alegro si te he entretenido aunque sea un momento.
EliminarUn abrazo.
Exótico no, lo siguiente ;))
ResponderEliminarSAludos.
Manuela, no sé, lo del cocodrilo no creo que pase en un piso en la ciudad, pero la serpiente del vecino en alguna ocasión se ha ido de "romería" o eso dicen.
EliminarUn saludo.
A partir de ahora, mirará bien...Exótico y 'peligroso', con un buen final. Estupendo relato!
ResponderEliminarMayte, me alegra que te haya gustado, un susto con el bicho que sea en el baño seguro que hace que te pares a mirar cada vez que entres en el.
EliminarUn saludo.
Esa leyenda urbana de N.Y. no eran tan alocada, pues :-). Muy buena propuesta. Suerte.
ResponderEliminarUn abrazo
Maripau, el caso es que de vez en cuando se oyen incidentes con ratas y serpientes, lo de los cocodrilos en los cuartos de baño creo que entra en las leyendas.
EliminarUn abrazo.
¡¡Qué bueno!! Me encanta como nos llevas de la mano hasta esos finales inesperados. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, muchísimas gracias, eres la alegría de los comentarios.
EliminarUn beso.
A veces uno piensa que hay que ir al retrete provisto de escopeta. No creas que las serpientes son más benévolas. Divertido y bien trazado, sí.
ResponderEliminarFackel, estamos apañados si tenemos que ir al baño con escopeta, pero de vez en cuando se escuchan incidentes con ratas y serpientes. ¿ Serán solo leyendas?
EliminarMe alegraría haberte sacado una leve sonrisa.
Un saludo y buen domingo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuen remate, sí señor. Igual también un injerto, a parte de los puntos, aunque la mejor paste para sacar carne para injertar es la nalga, así que no sè. Quizás de la otra.
ResponderEliminarEsto es para lo de David ,no? Yo no he escrito nunca, ahora me voy a poner con algo para enviarlo. ¿No sé pone en el encabezado del post?
Tu eres el Angel que a veces escribe al bic naranja?
Ssludos
Más bien unos puntos de sutura, imagino que por tan estrecho agujero el cocodrilo no puede ser muy grande.
EliminarGabiliante, si este relato es para El tintero de oro, lo de David, el encabezado del post mucha gente lo hace, pero no creo que sea obligatorio.
Y si, también maltrato las palabras en el Bic naranja.
Un saludo y buen domingo.
Si me permitís la intromisión, como bien dice Ángel no es obligatorio encabezar ni referir la participación en el reto. Basta y sobra con ceñirse a lo pedido. Un abrazo a los dos.
Eliminar¡Sorprendente!
ResponderEliminarSaludos.
Hola Alfred, un tanto retorcido el asunto, pero en fin, se trata de una leyenda urbana.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Ángel! Jo, brillante micro de los que te atrapan, te dejan boquiabiertos y, además, te hacen pensarte dos veces el ir al lavabo sin encender la luz, ja, ja, ja... Me encantó cómo usaste esa leyenda urbana clásica de los bichos que salen de esa agujero tan sensible frente al que encaramos nuestro no menos sensible agujero. Donde exponemos nuestra intimidad a un foso que conecta con las alcantarillas, lo más sucio de nuestra sociedad. Y, además, creas una historia de terror con un desenlace tremendo. Magnífico aporte! Un abrazo!
ResponderEliminarGracias David, he hecho lo que he podido, y si tiene algún merito es tuyo por promover estos retos.
EliminarUn saludo.
¡Ojo! Al abrir la taza del retrete, con hambre no debe ser nada agradable. Buen micro... Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarNuria, el susto tiene que ser tremendo, levantar la tapa y ver lo que sea.
EliminarGracias por pasarte. Un abrazo.
Bueno Ángel... ¡qué bárbaro! te luciste con esta reinterpretación de la leyenda del animal en el excusado. Muy bueno, interesante enfoque el que le has dado, llama la atención desde la primera línea. Me ha gustado mucho. Un abrazote.
ResponderEliminarAna, me alegro de que te haya gustado y puestos a fabular pues con sangre y cocodrilos.
EliminarUn beso.
Se que las ratas suelen salir por el retrete, pero un codrilo vaya que seria de locos, muchos de estos animales son criados por los vecinos en las tinas, y de alli migran siempre al vecino del piso de arriba.
ResponderEliminarJose, tienes toda la razón, los encuentros sobre todo de serpientes en las viviendas de hoy en día son escapes del vecindario.
EliminarUn saludo.
Angel, espectacular micro. Como parece que la historia va a ir por otro lado , al menos a mi me lo pareció y al final le das el giro de tuerca perfecto con la criaturita que no para de crecer , ja, ja, ja. Me encantó como vas metiendo al lector en ese halo de misterio que no sabes como va a terminar, ni mucho menos pensé en un cocodrilo. Gran trabajo. Saludos.
ResponderEliminarPedro, lo del cocodrilo es un tanto exagerado pero las leyendas tienen siempre un punto increíble. Me alegro si he conseguido entretenerte aunque solo sea un momento.
EliminarUn abrazo.
Ja, ja...¡qué bueno! Muy buen desenlace, historia con ese punto de distracción que nos lleva en volandas por el texto sin saber adónde vamos hasta que nos estrellamos contra el brillante final.
ResponderEliminarMatilde, me alegro que te haya gustado.
EliminarGracias por tus palabras.
Un saludo.
Jodeer.... jajajaa
ResponderEliminarQué final!!!
Buenísimo!!!
Toro, me alegra hacerte reír. No des ideas a Crazy, ni a Justino, lo mismo adoptan uno de mascota.
EliminarUn abrazo.
Muy buena trama, Ángel, un zig-zag maravilloso para dejarnos cara a cara con el pequeño cocodrilo hambriento. Me ha gustado mucho el desarrollo del micro, el giro final muy logrado. Muy buena leyenda urbana. Un abrazo.
ResponderEliminarCarles, se hace los que se puede, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Me encantó, siempre me he preguntado si esta leyenda tiene su parte de verdad. Una vez leí que en EEUU, dónde es más común esta leyenda, se cree que una familia rica arrojó unos caimanes que tenían por mascotas al inodoro, y así se fueron reproduciendo, y hoy en día habita, supuestamente, una colonia en las cloacas.
ResponderEliminarBuen relato. Un abrazo.
Cynthia, en España lo más frecuente es cosa de ratas y serpientes, pero lo del cocodrilo también se escucha, imagino que son leyendas que cruzan el charco.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno. Las leyendas urbanas actuan como lo hacían los cuentos infantiles en la Edad Media: sirven de aviso para que la especie se proteja y crean un acervo común ante el peligro.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día, amigo Ángel.
Rocío, tienes toda la razón, después de escribir este micro miro con otros ojos el WC.
EliminarUn abrazo y feliz día.
No dar de comer a tu cocodrilo particular tiene graves consecuencias, ja,ja,ja.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un saludo.
Josep, desde luego si adoptas un animal hay que cuidarle y darle de comer en condiciones, pero sobre todo decirlo a los que viven contigo y no dejar que entre y salga por el cuarto de baño.
EliminarUn saludo.
Hola, Angel. ¡Vaya relato y vaya leyenda urbana! La locura, la leyenda y la realidad en una mezcla que, eso sí es real, deja una dentellada en la nalga. Me ha gustado mucho. Un abrazo. l
ResponderEliminarIsan, gracias. Me alegro que te haya gustado. Si me encuentro un cocodrilo en el baño, yo también me volvería loco.
EliminarUn abrazo.
Madre mía. Serpientes sí había oido que a veces salen por wc pero cocodrilos. Hace tiempo en Béjar se oyó que se habían encontrado una. Por si acaso siempre miro antes de sentarme :))
ResponderEliminarMuy bueno Ángel.
Un abrazo.
Laura, en España creo que no se ha dado el caso, pero las leyendas es lo que tienen, posiblemente sea una leyenda más americana que europea.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bueno, Ángel!, entre esos diminutivos iniciales y esa contundencia final. Me alegra que te decidieras porque es un buen gran micro, te felicito.
ResponderEliminarGracias, Tara, los diminutivos aparentemente lo hacen más ligero y ayudan, ¿creo?, a hacer el micro más cercano.
EliminarAl final, me decidí, aunque se tratara de la misma leyenda, la forma y el trasfondo del micro son bastante distintos.
Un abrazo.
Muy buena propuesta, Ángel. Todo un clásico de las leyendas urbanas con un final que logra ser muy sorprendente. Felicidades.
ResponderEliminarMarta, tienes razón es ya un clásico de las leyendas lo de los cocodrilos en las alcantarillas, no sé los años hará que se empezó a escuchar que los había en el alcantarillado de N.Y.
EliminarUn saludo.
Animalito!!,... es normal,... los seres vivos nacen,... y crecen (a veces mucho) ....
ResponderEliminarMuy bueno Ángel!
Este, dentro de poco o no podrá entrar o no podrá salir. Me alegro si te ha gustado.
EliminarUn saludo.
Hola Ängel, como nos asusta que nos muerdan las partes nobles en el momento que somos más vulnerables jeje. Ese cocodrilo terminará mutando vete a saber qué. Muy bueno. Saludito.
ResponderEliminarDa miedo solo de pensarlo, Emerencia, en cuanto al cocodrilo por la cuenta que le tiene, más le vale convertirse en cocodrilo "Bonsái".
EliminarUn saludo.
Uy qué mala lecheeee tiene el bichooo eseeee. Habrá que tener cuidadín cuidadín...
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Animalico, abandonado y cuando encuentra un hogar, no le dan de comer todos los días.
EliminarPor si acaso, mira siempre antes de sentarte.
Un beso, Irma.
Hola, Ángel. Siempre había oído la leyenda urbana de serpientes o raras saliendo por el retrete... ¡Pero un cocodrilo! Je, je, je.
ResponderEliminarBuen trabajo el tuyo. Divertido y bien escrito.
Un saludo.
Bruno, salir por los retretes no sabría decir, pero en el alcantarillado de N.Y. si corría la leyenda de que los había.
EliminarUn saludo y gracias.
Hola, Ángel, me guata mucho ese llevar al lector por un recorrido y de repente el giro final que lo deja tan sorprendido como atemorizado. ¡Qué buen relato!
ResponderEliminarUn saludo!
María Pilar, me alegro si te ha gustado.
EliminarMuchas gracias. Un abrazo.
Hola Ángel. Una leyenda urbana que seguramente todos hemos oido en alguna ocasión, contada desde un punto de vista muy particular. Ni psiquiatras ni locos, el cocodrilo es muy real y tiene hambre, no que descuidar su alimentación o luego pasa lo que pasa. Muy buen micro. Un saludo.
ResponderEliminarJorge, si me muerde un cocodrilo en un momento tan delicado si no me vuelvo loco poco falta. Como leyenda creo que ha salido representada hasta en los Simpson.
EliminarUn saludo y gracias.
Un relato super chulo sobre una leyenda urbana super conocida! Me ha encantado leerla. Un saludo!
ResponderEliminarAna, gracias me alegro de que te haya gustado.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola Ángel , pues no es de extrañar la verdad
ResponderEliminares que lo dejas caer , y yo la verdad es que me da un poco de mieditis
ya que vivo en una planta baja , y no me extrañaría que algún día me topase
con algo así , jajajajajajaj muy buen micro , saludos de flor.
Viviendo en casa bajas, o de campo, no es raro tener alguna visita "especial" en alguna ocasión, pero tranquila que seguro que no habrá sangre. Jajaja
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo.
Hola Ángel, unas risas me sacaste imaginando las escenas con el cocodrilo, ja,ja. Alguna vez escuché que salían ratas. Me ha gustado tu micro leyenda en ese ambiente entre los sanitarios pacientes...Buen aporte.
ResponderEliminarSaludos;)
Mila, si he conseguido que te rías, me alegras el día. Lo del cocodrilo es un poco excesivo, pero es lo que tienen las leyendas.
EliminarUn abrazo.
¡Hola Ángel!
ResponderEliminarA ver, sin dudas que el pobre tipo estaba bien cabreado ¿no? Aunque es muy cierto que algunos medicamentos te ponen a alucinar de mala manera, la realidad se muestra sospechosa, pues es difícil autolesionarse el trasero, digo yo, habiendo partes más cercanas y fáciles de alcanzar, ja, ja. Creo que el narrador tiene algo de culpa en esto, no solo por dejar de alimentar al cocodrilo, ja, ja.
Un micro jocoso y que nos pone a la defensiva en el retrete. Buen fin de semana Ángel.
Tienes razón, no creo que resulte fácil autolesionarse de esa forma, ¿ no sé en que estaría pensando el buen doctor? en cuanto al narrador, aparte de darle de comer a diario, ya podía haber dicho algo sobre el animal.
EliminarI.Harolina, un saludo y buen finde.
Hola, Angel. Pues yo me creo eso de los cocodrilos por el alcantarillado, peores cosas habrá por allá.
ResponderEliminarUn abrazo!
Pepe, imagino que eso entra dentro de lo anecdótico, ahora viviendo en el campo, algún alacrán, pequeñito, he visto yo de paseo por el baño.
EliminarUn abrazo.
Hola, Ángel. Buen punto final a esa leyenda que parece de lo más real. La ambientación le da el marco adecuado y a ver quien es el siguiente valiente. Saludos 🖐🏼
ResponderEliminarJM. Al servicio lo mejor será entrar con una vara.
EliminarGracias por pasarte. Un saludo.
Un clásico como no hay otro:¡Reptiles en los aseos! Y además ,muy bien expuesto.
ResponderEliminarGracias, Juan.
EliminarUn saludo.
Hola Juan desconocia esa leyenda pero solo pensar en que suba por el inodoro un cocodrilo uff que mal.
ResponderEliminarMuy bien escrito
Un saludo Angel
Puri
Puri, la leyenda en si creo que surgió en N.Y. decían que había cocodrilos en el alcantarillado. Me alegro si te ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo.