El caballero templario tembló de pánico al pensar que nunca regresaría a su casa tras la batalla. Recogió sin fuerzas su trozo de pierna sesgado por el frío hierro sarraceno, y no lloró por miedo a verse descubierto. Tras arrastrase junto a la colina comenzó a recordar febril aquella frase que había guiado su vida “ "NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS SED NOMINE, TUO DA GLORIAM". Sintió bajo él un charco de sangre inmenso, siguió pensando en que jamás volvería a oler su tierra húmeda de bosques de castaños, encinas y robles....después exhaló de ira “¡ DE QUÉ ME HA SERVIDO SEÑOR LA LUCHA POR MI TIERRA EN TU NOMBRE, SI JAMÁS L A VOLVERÉ A VER!”... triste, perdido y solo, su sangre se derramó gota a gota, hasta la última...
me gusta la evocación a los templarios, la frase en latín y el relato mismo.
ResponderEliminarEstaría bien que lo continuases da para mucho má que un microrrelato.
Muy bueno.
Es así , Jorge.He visto regresar a casa soldados vencidos en alguna guerra.Parecían estar enteros. Pero cientos de ellos se suicidaron a la vuelta de pocos años.Cordiales saludos.
ResponderEliminarBuen microrelato Jorge, pero coincido con anónimo: deberías ampliarlo, el tema da para más.
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