sábado, 27 de junio de 2020

Bienvenido No quiero que se entienda esto como una queja, pues ahora nos encontramos a diario y nos tratamos con verdadero amor fraternal.
Pero espero que os sirve de aprendizaje y toméis buena nota.
Cuando al final de mis días me vi a las puertas de lo que me pareció el jardín de las delicias o sea el paraíso, no dejó de sorprenderme la cantidad de carteles de advertencia:
«No tire colillas al suelo».
«Use las papeleras».
―No solo hay que ser limpio de corazón, también hay que venir duchado ―me dije, medio en broma, como para calmar los nervios.
El ancianito de larga barba que me sonreía desde la puerta y que tan amablemente me invitó a pasar era San Pedro. Todavía me avergüenzo, seguro que escuchó mis palabras.
De otro modo no me explico cómo he ascendido a barrendero jefe en tan poco tiempo.

Fotografía de Nagesh Badu en Unsplash 

10 comentarios:

  1. Me alegra saber que en el Cielo también es necesario respetar las normas de limpieza e higiene,. Yo creo que si las llevamos aprendidas ya de aquí, nos costará menos hacerlo allí.
    En cualquier caso, me ha parecido muy bueno y aleccionador tu relato.
    Un abrazo, Ángel

    ResponderEliminar
  2. Dale recuerdos de mi parte, que ya se que ahí no voy a ir. A mi me toca el cielo de al lado, que le vamos a hacer...
    Y el único cartelito que hay (según me han dicho) es uno que dice "Póntelo, pónselo"
    Que asco de eternidad, chico !

    ResponderEliminar
  3. ¿Tendremos que seguir trabajando en el paraíso? ¿Seguro que no fuiste a otro lugar?

    ;)

    Un abrazo, Ángel

    ResponderEliminar
  4. Vaya desilusión... fijo que lo del paraíso es también precario.
    Será todo un engaño?

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. Mamma mía !!! Vamos a salir de Málaga y vamos a entrar en Malagón.

    SAludos ¡¡¡

    ResponderEliminar
  6. Parece ser que las cosas nunca son como las cuentan.
    Gracias por comentar. Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. ¡Me encanta el relato! Y... también esa imagen del paraíso, que tampoco era la que yo tenía en mente, ja ja. :D

    ResponderEliminar
  8. No era así como yo me figuraba el paraíso. Tendré que plantearme si trae cuenta portarse bien para eso.

    ResponderEliminar
  9. Hay que ver como esta todo, ¿a donde iremos a parar?.
    Gracias por pasaros. Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. Ese San Pedro me parece que es todo un explotador de almas. ¿Cómo será barrer el cielo?. En todo caso es buen consejo: llegar duchado y listo para trabajar. Muy agradable relato Angel. ¡Saludos!

    ResponderEliminar