Conmigo llevan, creo que toda la vida y nunca han sido molestas ni me han producido excesiva inquietud. Quizás un poco cargantes. Es más, en ciertas temporadas he llegado a echarlas en falta.
Mi psicólogo, insiste en que apunte todo lo que escucho dentro de mí, que libere las voces que me acompañan.
He abierto las ventanas de mi mente y no paro de escribir, le entregaré un archivo de seis Gigas por lo menos.
Mi psique ha resultado muy habladora.
Tanto que no gano para cervezas que se les seca la voz, dicen.
Ah, y unas aceitunas, si pude ser.
Fotografía de Lucian Novosel en Unsplash
Tú vas a quedar como nuevo pero tu psicólogo se vuelve loco seguro ;))
ResponderEliminarSAludos.
Se va a hacer millonario, que es distinto.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Un saludo.
Cuando vea los 6 Gigas el psicólogo va a necesitar un psiquiatra.
ResponderEliminarSaludos.
Las cabezas están muy malas.
ResponderEliminarGracias por pasarte. Saludos.
Muy muy bueno, Angel !
ResponderEliminarGracias, por tus palabras.
ResponderEliminarUn saludo.
Dales las cervezas que necesiten. No escatimes. Parece que esas voces son aliadas y no enemigas...
ResponderEliminarUn abrazo
No puedo darles muchas, que luego no las entiendo.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Un saludo.
Las voces que nos hablan desde nuestra psique, muy buen tema Angel. Con unas cervecitas o un vinito hablan a veces más de la cuenta pero es cuando más sinceras son, más locas, más atrevidas. Los relatos más increíbles los paren ellas. Pero bueno, todo con medida jajaja ¡Saludos!
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