Fotografía de Cottonbro en Pexels |
He llegado hasta aquí y a cada paso creo ser más pequeña o al menos así me siento, avanzo encerrada en una letanía de entrega.
Al traspasar el umbral se me pone el vello de punta, debe ser el frío que se refugia tras estos gruesos muros o la emoción, sin embargo, no consigo conectar con todas esas hermosas sensaciones que se le suponen a un día como el de hoy.
Otras muchas, antes que yo, pasaron por lo mismo y ahora parecen querer escapar de algún rincón del recuerdo. Las escenas se suceden en una función en la que cada una tiene su peso.
«Sus rostros son mi reflejo, y en mi mano veo las suyas, la de la abuela a la que ni tan siquiera preguntaron, la de mi madre dócil y resignada, mi hermana a la que el tiempo heló la sonrisa.»
El anillo de oro tiene un efecto magnético, sacude mis pensamientos devolviéndome al aquí y ahora. Todas las miradas confluyen en el dorado brillo. Yo en cambio, te busco a ti y encuentro a un desconocido.
Los segundos pasan y la atmósfera del templo vibra, se tensa. Las miradas mudan su destino y es en mí, en quien depositan su perplejidad.
Las piernas me flaquean ante este despertar, la duda cuaja en convicción y hace que me asiente con firmeza sobre los tacones, un movimiento decidido basta y la cola del vestido pende de mi brazo.
Sobre mi espalda desnuda resbala un murmullo de indignación, hay quien amaga con seguirme. Con cada paso la confianza crece, algo ha cambiado, soy la misma y a la vez distinta, en cierto modo creo que conmigo vienen todas.
Tras la puerta del templo, la tarde encendida me recibe radiante.
Pd.: Historia presentada fuera de concurso para el blog El tintero de oro, en su 30ª edición, Desayuno en Tiffanny's de Truman Capote.
Ha esperado mucho para tomar la decisión, pero nunca es tarde si la dicha es buena. La ceremonia debió ser un estupor tal como acertadamente indicas. Un existencialismo asaz profundo en tu aportación. Buen pulso. ¡Y Feliz Ecuador de Febrero, que también tiene, como tu texto, algo de Kierkegaard! 🌏
ResponderEliminarHola Juan, gracias por tus palabras.
EliminarQue tengas muy felices días.
Un saludo.
Sabia decisión ni que sea en el último momento.
ResponderEliminarSaludos.
Alfred, más vale tarde...
EliminarUn saludo.
Bonito relato con fuerza y brillo, me encanto.
ResponderEliminarBesos.
Amapola, muchas gracias, me alegra que lo entiendas así.
EliminarBesos.
Mejor tomar una decisión a su debido tiempo que lamentar no haberlo hecho.
ResponderEliminarSaludos.
Ya lo creo, un gesto valiente aunque haya esperado al último momento.
EliminarUn saludo.
Excelente final y por supuesto, maravillosa historia. Me ha gustado mucho Ángel.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, me alegra saber que te ha gustado.
EliminarBesos y que tengas un buen día.
Creo que los cobardes mueren más veces. Es pena que la valentía salga cara muchas veces, eso sí.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
El peso de la familia, la tradición y el miedo a quedar señalado es difícil de vencer.
EliminarUn abrazo.
¡Qué valienteeeeee! Me encanta esa novia fugitiva y esa tarde radiante. Besos :D
ResponderEliminarPues si, creo que me ha quedado una mujer valiente, con sus dudas y eso, como todos, pero valiente.
EliminarBesos y que tengas un buen día.
Hola, Ángel. Un relato que mantiene muy bien la tensión respecto a lo que va a suceder y un tono muy acertado para reflejar el miedo y las dudas de la protagonista. Muy buena historia.
ResponderEliminarMuchas gracias Por tus palabras, Marta.
EliminarUn abrazo
Hola, Angel. Gran personaje te ha quedado. Una retirada a tiempo es una victoria. Y mas en una batalla tan dura como es un matrimonio. Lo digo desde la experiencia del que sigue en la lucha y espero que siga durando, jeje.
ResponderEliminarA ver si te animas y te presentas al concurso en algún certamen. Un abrazo.
Hola Pedro, cuanta razón tienes en lo del matrimonio que siga, para bien, la lucha.
EliminarEn cuanto a presentarme al concurso, no me fio un pelo de mis letras, llámalo pudor y luego hacer de jurado me cuesta horrores.
Un abrazo.
Gracias a ti, Mari Carmen.
ResponderEliminarUn abrazo y buena tarde.
Hola Angel, me encanta lo que has escrito, mucho.
ResponderEliminarTe dejo el link para que pases a buscar un regalo por nuestro blog
https://somosartesanosdelapalabra.blogspot.com/2022/02/estamos-de-festejo.html
Hola artesana, me alegro que te haya gustado y te agradezco el detalle de tu blog.
EliminarUn abrazo.
¡Hola, Ángel! Qué bien has tramado el relato este relato de fuga, dosificando la información hasta mostrarnos el contexto de la historia y el calado de la decisión tomada. Una decisión dificilísima y valiente, más cuando es justo ante el altar. Pero como ya han comentado, una retirada a tiempo es una victoria y si ese anillo hubiera entrado en su dedo tal vez ese momento de angustia se hubiera convertido en algo cotidiano. Excelente aporte! Un abrazo!
ResponderEliminarQue tal David, en parte, esa angustia por verse atrapada para toda la vida es lo que le da la fuerza. Espero haber estado a la altura del Tintero.
EliminarUn abrazo.
Aunque fuera en el último momento sus razones tendría.
ResponderEliminarUna mujer valiente.
Saludos.
Querer a una persona es una cosa y pensar que vas ha estar sujeto de por vida a esa persona... no es fácil, entiendo que surjan muchas dudas. Desde luego hay que ser muy valiente para romper con lo establecido.
EliminarQue pases buena tarde.
Wow, ¡Ángel! ¿Por qué no pusiste este relato a concurso? es una verdadera joya. Lo has bordado, cada palabra en el lugar justo, despertando sentimientos, imágenes, casi casi que uno se va con ella. Me encantó la alusión a las predecesoras que pasaron por lo mismo y no pudieron escaparse. Me en-can-tó. Un abrazo.
ResponderEliminarAna, que amable eres. Como casi siempre, no tengo confianza en lo que escribo y luego me cuesta ejercer de jurado. El premio, para mi, es recibir comentarios como el tuyo.
EliminarUn besazo. Por cierto a mi padre lo acabo de enterrar.
Ángel, lo siento mucho. Espero que poco a poco llegue la paz y la resignación. Te mando un fuerte abrazo, pero muy fuerte. Besos.
EliminarMuchas gracias.
EliminarUn abrazote.
Es bueno tomar decisiones. Nunca es tarde si la dicha es buena. Y en la vida hay que tomar bastantes decisiones. No hay que acobardarse.
ResponderEliminarMuy buen relato, Angel, un placer leerte.
Un abrazo.
Hay decisiones difíciles de tomar y desde luego hay que tener mucha determinación para romper una inercia que te obliga a hacer lo que otros han establecido.
EliminarUn beso.
Un relato breve, conciso y contundente. El temor y las dudas de la protagonista acaban disipándose gracias a su determinación.
ResponderEliminarMe ha gustado.
Un saludo.
Josep, creo que puede más el deseo de libertad que cualquier otro sentimiento.
EliminarUn abrazo.
Monólogo interior de la protagonista que en el último momento duda. Y sinceramente no es para menos, la única atadura que debería permitirse una persona es la del amor, y no la de un contrato. Muy bien contado, dosificando la información para que nos llegue en el momento adecuado y con las palabras precisas. Un abrazo, Ángel.
ResponderEliminarHola Jorge, la tradición encorseta y obliga a tomar unas decisiones que no son exactamente lo que se desea.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Ángel! Corto y contundente soliloquio, no se necesitan más palabras. En ocasiones, una retirada a tiempo es un triunfo.
ResponderEliminarUn cordial saludo, compañero.
Tara, que cierto es lo de la retirada.
EliminarUn saludo.
La protagonista tiene fuerza y transparencia en sus palabras.
ResponderEliminarBueno, por lo menos, ha sido resolutiva después de las dudas.
EliminarUn saludo, Alexander.
Te leo
ResponderEliminarlos leo
sentada tomndo un helado
Me parece bueno
Disfruta del momento.
EliminarUn saludo.
Contundente, con la misma fuerza que solo tiene una mujer determinada. Excelente relato y excelente protagonista, Angel.
ResponderEliminarCastelo, tienes razón, hay que tener mucha fuerza y valor para enfrentarse uno a sus propios miedos.
EliminarGracias por tus palabras.
Un saludo.
Hola, Ángel. Entiendo que la protagonista vive en una comunidad, o un tiempo, en la que la mujer sólo es un objeto de intercambio, en manos de un selecto grupo (hombres apoyados por mujeres convencidas) que hacen y deshacen su vida a su voluntad. La novia al fin despierta, y con ella lo hace muchas otras, recibiendo en su cara el calor y cariño de una tarde soleada.
ResponderEliminarUn buen relato, sin duda.
Un saludo.
Bruno, pues algo así debe ser, me encanta tu interpretación y es que al final todo queda en la imaginación del lector.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola, Angel. Me ha parecido un relato soberbio. Esa reflexión inicial interna ante el paso que va a dar. Cómo se siente pequeña y confusa y cómo toma la decisión final. Muy bien representado con el movimiento decidido asentada en los tacones y recogiendo la cola del vestido. Es lo que más me ha gustado. Muy visual. Lástima que no entrara en concurso. Un abrazo.
ResponderEliminarIsan, muchas gracias, que encuentres muy visual el micro me alegra, en definitiva se trata de poner en marcha la imaginación y por un instante sentirse parte de la historia.
EliminarUn abrazo.
Hola Ángel, una decisión muy pensada y ejecutada a tiempo.
ResponderEliminarMe gustó como describiste todas las escenas, con esa salida a una tarde soleada como remate final.
Muy bueno. Te felicito
Un abrazo
Puri
Puri, muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Un poético relato lleno de emociones encontradas, donde se narra matrimonios forzados por generaciones, donde se "hielan la sonrisa" muy conmovedora historia que a pesar de estar en el siglo XXI hoy avizoramos en muchas culturas occidentales, en especial este tipo de situaciones. Saludos cordiales desde Venezuela de Raquel Peña de Perlas narrativas.
ResponderEliminarUn saludo, Raquel.
EliminarGracias por tus palabras.
Excelente, Ángel. Un relato que se es una joyita en sí.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo!
Gracias, Pepe.
EliminarUn abrazo.
Excelente. Escribes muy bien, se siente cada pensamiento y sentimiento; es delicado en el estilo y original en la forma porque no esperas esa huida salvadora.
ResponderEliminarPodría estar perfectamente entre los mejores del concurso.
Un abrazo cordial :)
Maite, muchas gracias, me alegra que lo hayas sentido así.
EliminarUn abrazo.
Son escasísimos los casos en que la novia huye de la ceremonia consagratoria del matrimonio. Conozco una sola persona, que en realidad ni siquiera llegó al altar. Ella amaba a ese hombre y él a ella.Mas, algo en el interior de esa mujer le indicó que era mejor no concretar la boda. Fue y se lo dijo a él.De vergüenza, el hombre huyó a un país donde nadie le conocía. Allí formó un hogar y una familia. Pasaron algunos años. Inesperadamente esta novia huida se entera que el Amor de su vida padece una grave enfermedad. Lo va a buscar y se lo lleva al mejor Instituto donde quizá podrían curarle. No fue así. Luego ella acogió a los huérfanos y los cuidó junto con su propio hijo.
ResponderEliminarBeatriz, eso que cuentas sí que es una historia de amor. Lo mío es un simple juego, nunca he presenciado un caso así, solo en el cine.
ResponderEliminarUn abrazo.