Fotografía de Mikhail Nilov en Pexels |
Aún suena la alarma que me ha sacado del sueño inducido, al parecer debería de haber llegado a destino.
En la pantalla parpadean con furia avisos urgentes. En uno la Federación transversal me pide que me mantenga en la posición hasta nueva orden; en otro, La santa corporación liberal, pide que regrese inmediatamente, como si regresar fuese posible.
Por el contexto deduzco que en la tierra ha vuelto a estallar otra guerra civil.
Mientras, los sistemas vuelcan datos que no necesito leer para comprender la situación. Lo que se ve a través de la cúpula panorámica no necesita ser explicado y me hace sentir cabreada, muy cabreada…
Mañana tendría que celebrar en la base, con los compañeros, la llegada y mi cumpleaños, ahora no hay nada que celebrar.
En años luz, alrededor de la nave, no encuentro ni una mota de polvo, solo la inmensidad del vacío. Totalmente desorientada, tardaré horas en saber en qué cuadrante he acabado y lo que peor llevo es que este año tampoco comeré tarta.
Pd.: Relato escrito siguiendo la propuesta del blog: Acervo de letras, VadeReto del mes de abril. Relato de Ciencia ficción en el que un pasajero alcanza su destino, mira por una escotilla y...
Desolador futuro es que ve tu protagonista por esa escotilla!!!!!
ResponderEliminarMuy bueno el relato, Ángel.
Besicos muchos.
Hola Nani, menudo papelón, en vez de llegar a tu destino... te han perdido como una maleta cualquiera.
EliminarBesos.
Qué bueno!!!
ResponderEliminarQuizá el único futuro esté por ahí...
Saludos.
Hola Xavi, a este paso, el único futuro es el qué predijo Sex pistols "No future for you/ No future for me"
EliminarUn saludo.
Terá que recomeçar... apesar das sombrias, teremos que encontrar a luz...sobreviver...nesse vazio...
ResponderEliminarSerá uma visão do nosso próprio futuro?
Interessante....
Obrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Hola, Marta, quizá sea un futuro no muy lejano, viajar en vehículos autónomos está a la vuelta de la esquina, el problema será cuando cometan errores, a ver donde nos llevan.
EliminarBesos.
Qué desolación, Y sin tarta. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Te lo puedes creer? un viaje con todo organizado y terminar perdido sin solución.
EliminarUn beso.
Excelente. Una vez más demuestras en este relato la importancia del titulo, que le da sentido y explicacion a lo narrado. Un placer, Angel.
ResponderEliminarCastelo, el titulo es un asunto importante y complicado, Quim Monzó, tiene un cuento en el que la mejor historia del mundo termina en la papelera por no encontrar un titulo a su altura.
EliminarUn saludo.
Pues, sinceramente, creo que no pero, vamos, a dos obsesos como los que andan suelto, nos vamos todos al garete, lo que pasa que su propio egoísmo no les permite apretar el botón aunque si no tienen nada que perder... perdemos todos.
ResponderEliminarEs muy buen relato aunque no haya tarta :-9
Un beso enorme.
Mag, según está el mundo no estaría mal poder irse de viaje lejos, muy lejos.
EliminarBesos.
Como no sabe do de esta y a años luz no hay nada, seguro que lo que ve pasó hace años. Pero sin tarta, fijo que se queda. Resta la duda de cusntas velas poner, porque tampoco debe saber su edad.
ResponderEliminarAbrazo sngel
Gabiliante, te imaginas en un viaje en un aparato autónomo que se extravíe y no haya a quién preguntar...
ResponderEliminarLa edad y el tiempo, en un principio creo que tu continuas con la progresión natural, el problema es en relación a la gente que no viaja a tu velocidad.
Un abrazo.
Hola Ángel. Como siempre, maravilloso. Espero que no sea futurista, aunque como sigamos con el camino que llevamos... no se yo, jaja. Besos amigo mio :D
ResponderEliminarMargarita, quizá no lo veamos nosotros, pero los vehículos autónomos están ahí mismo y solo falta que el taxi te deje en Carmena, en vez de Carmona.
EliminarBesos.
Buenos días sean, Ángel.
ResponderEliminarBuen relato. Dramático y distópico, aunque cada vez menos fantástico. Pero también con un tono divertido y desenfadado. una buena forma de tomarse las barbaries terrestres. 😝
Tu protagonista me ha recordado a Serguéi Krikaliov, que partió de la tierra siendo soviético y aterrizó siendo ruso. Mientras, pensó que se quedaría danto vueltas a la tierra indefinidamente.
Tal vez, con los tiempos que corren, y lo que se ve mirando hacia el futuro, el destino más placentero sea perderse en el negro Universo. Quién sabe, lo mismo la chica llega a un mundo más razonable y apacible, en donde haya tartas sabrosas y que aseguren deseos asequibles y atractivos.
Gracias por tu aportación al VadeReto.
Un abrazo. 🤗😊👍🏼
Hola, José. gracias a ti por lanzar el reto. Mientras lo escribía me acordaba de la estación internacional, no sé en qué habrá quedado el tema de los suministros, mantenimiento y como podrán regresar los astronautas.
EliminarOjalá todos podamos encontrar un lugar en el qué poder disfrutar de las pequeñas cosas de la vida.
Un abrazo.
Muy bueno Ángel, en poco espacio nos pintas el panorama completo, nos haces sentir la desazón de la protagonista. Me quiero poner en su lugar y la verdad es que no sé que haría. Lo peor es lo de quedarse sin tarta. Espero pase por ahí alguna nave alienígena y pueda, como dice José, llegar a un lugar más amable que esta Tierra nuestra. Enhorabuena...
ResponderEliminarAna, pues es algo que no veo lejano, ya nos pierde, en alguna ocasión, el GPS. Cuando existan vehículos autónomos a ver que pasa. En cuanto al personaje esperemos que sí, que pueda llegar a un lugar feliz.
EliminarAna, como siempre, muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Seguramente habrás cumplimentado la propuesta con este microrrelato de gran factura que me deja pensando si tal vez nuestro humano derrotero no se deba a un malintencionado inicial error de coordenadas en el que lamentablemente aún persistimos...
ResponderEliminarAbrazo hasta vos. (perdona la demora en venir a leerte)
Carlos, no hay nada que perdonar. Yo, por lo menos, no alcanzo a comentar y devolver todas las visitas, espero que sepáis perdonarme.
EliminarEn cuanto a los derroteros humanos posiblemente seamos nosotros mismos los que hemos extraviado el rumbo, de otra manera, el asunto no tiene ninguna gracia y es verdaderamente lamentable.
Un abrazo.
Otro año sin tarta es muy descorazonador.
ResponderEliminarFeliz semana.
Alfred, sin nadie a tu lado y con estás perspectivas de futuro, la verdad es que da mal royo.
EliminarUn saludo.
Un mundo al que nos vemos abocados.
ResponderEliminarSAludos.
Hola, Manuela, pues eso parece, estamos dirigidos hacía un mundo tecnológico en el que cuando algo falle...
EliminarReferente a guerras y demás en eso no hay problema, somos especialistas, seguro que no faltan.
Un abrazo.
Hola Ángel , un paisaje desolador , fuera de casa la que conocimos cómo tierra , en un espacio sideral y como bien dices , este año tampoco te comerás la tarta de cumpleaños ����muy bueno tu relato , besos de flor.
ResponderEliminarHola, Flor, ya ves, no habrá tarta ni fiesta ni... nada.
EliminarUn beso.
¡Hola, Ángel! La colonización espacial sin duda significará un paso evolutivo para la especie humana. De hecho, casi diría que la hipertecnologización de nuestros días parece pensada para prepararnos para ello. Aislamiento, dependencia tecnológica, relaciones humanas diferidas por medio de las redes y demás... El espacio es un lugar muy frío y sin duda tras la emoción inicial habrá que estar muy preparado para soportarlo. Fantástica atmósfera la que consigues con el micro. Un abrazo!
ResponderEliminarQue tal, David. Pienso que los antropólogos terminarán poniendo un nombre para ellos, y es que aunque físicamente seamos idénticos, el ser humano que domine el espacio y la tecnología será distinto y tendrá que estar adaptado a todo lo que indicas, los que no se adapten simplemente se extinguirán.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Un viaje espacial con mucho poso. Una historia que empieza jugando con las distintas corporaciones, rozando un humor de total actualidad, pero que termina siendo todo un directo a la mandíbula con ese final tan descorazonador. No le sobra , ni le falta nada, Angel. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro, me alegra que lo veas así. Al final y a pesar de tanta tecnología o precisamente por ello, te das cuenta de que estamos solos.
EliminarUn saludo.
Hola Ángel. Entre tanta soledad y desolación es muy bueno que tu protagonista piense en la tarta que no tiene, le da un toque de realidad muy interesante. Disfruté mucho la lectura. Un abrazo 🐾
ResponderEliminarRosa, me alegra que lo hayas disfrutado, esa es la idea y uno no sabe nunca si lo logra.
EliminarUn abrazo.
Hola, Ángel. El transporte público, autobuses y trenes, tenía fama de no llegar a la hora. Pues con las naves espaciales no llegan ni al año luz establecido, mucha tecnología pero seguimos igual de mal en cuanto a seriedad en la puntualidad. Más le vale que se eche una larga siesta o, además de tarde, llegará envejecida. Saludos.
ResponderEliminarJM, cuando no falla una cosa, falla otra. Como para unas prisas.
EliminarUn saludo.