Fotografía de Ross Sneddon en Unsplash |
En el vagón el ruido ha cesado, la paz tapiza de sangre los cristales. El cuchillo tiembla asustado.
Sólo una chica, al fondo, se levanta encerrada en sus papeles, abandona el vagón sin ser consciente de lo sucedido.
Desde el andén vacío, la muchacha, ahora sí, mira hacia aquí, en su desconcierto se refleja el pánico.
Al cerrarse las puertas el ruido regresa, no soporto la imagen de esa mujer que grita con la mirada.
―¡Por favor... ! ―no chilles.
Pd.: Micro escrito desde otro punto de vista del micro: Plectro de Manuela Fernández Cacao, publicado en su blog del que aquí os dejo el enlace:
Qué ilusión me hace que hayas escrito esta otra versión. Gracias. Lo bueno de una micro es que el lector se imagine la historia con todo detalle en su mente, si además, la cuenta desde otra perspectiva, eso ya es genial. ¡Estupendo!
ResponderEliminarSAludos.
Las gracias te las tengo que dar yo a ti, al fin y al cabo, el merito y la idea primera son tuyas. Lo demás es anécdota.
EliminarUn beso.
Qué desasosiego y qué terror!!!
ResponderEliminarUn micro que no puede ser más inquietante.
Saludos.
Hola Toro, pues esa era la idea, espero haberlo conseguido.
EliminarUn abrazo.
Uf. muy inquietante. Un abrazo
ResponderEliminarMaripau, me das una alegría, que resultara inquietante era lo pretendido.
EliminarUn abrazo.
Hola hola
ResponderEliminarCreo que se ta ha dado muy bien eso de versionar otro micro.
Leí el original y por eso digo ¡muy bueno el giro que le has dado!
Realmente muy inquietante y deja muchos interrogantes este cuentículo de terror.
Así que tendrá otros tantos finales como lectores pasen a visitarte.
Abrazo, buen fin de semana.
Que tal, Lu, lo bueno que tienen los micros, en mi opinión, es que permiten que lector se forme su propia historia.
EliminarUn abrazo.
Hola Ángel es que has hecho un buen micro, tú y Manuela hacéis un buen tandem
ResponderEliminarA mi me has dejado con el miedo en el cuerpo, te deseo un feliz viernes besos de flor.
Hola Flor, muchas gracias por el comentario.
EliminarQue pases un buen fin de semana.
Un beso.
Metes tensión... y a cada relectura aumentan sus ecos. Sólo con destreza se logra eso.
ResponderEliminarAbrazo hasta allá.
Muchas gracias Carlos, siempre tan amable.
EliminarUn abrazo.
Genial relato, te mando un beso. Enamorada de las letras
ResponderEliminarPues otro beso para ti.
EliminarGracias por pasar.
Estremecedor. Imagino la escena y lo único que pienso es en salir corriendo de ahí. Chapó Ángel.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel, me alegro que lo veas así, era lo que pretendía.
EliminarUn abrazo.
Imagino al narrador petrificado, con el puñal tembloroso, mirando de hito en hito a la fugada, pensando:"¿me la tengo que cargar tambien a esta, o sigo con lo mia?
ResponderEliminarUn minimomento de quietud
Abrazo, Angel
Gabiliante, el suspense queda ahí, cada cual que lo remate como le parezca, pero me da a mi, que como grite...
EliminarUn abrazo.
Hola Ángel, tremendo. Me encantan los relatos de Manuela, soy muy fan de ella. Es más, estoy esperando que me llegue su segundo libro. Me ha encantado este giro que tú le has dado. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, no me extraña, Manuela, trabaja muy bien el micro.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Besos.
Hay quien no vive más allá de su mundo. Eso la salvó... Tal vez. La escena no parece cerrada :-)
ResponderEliminarUn beso 😗
Hola Mag, se pone uno a sus cosas y no se entera de nada. Me gusta dejar esa duda, que cada cual lo termine como crea.
EliminarUn beso.
Me gustan mucho los finales abiertos, Ángel. Muy buen relato y además muy escueto. Con pocas palabras dices mucho!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, para qué escribir más, que cada uno imagine, es lo bonito de leer.
EliminarBesos.
Una mirada que grita puede ser escalofriante.
ResponderEliminarBesos.
Son tantas cosas las que puede decir una mirada.
EliminarUn beso, Amapola, que pases un buen día.
Woo genial e inquietante!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Magalí.
EliminarUn saludo.
¡Hola Ángel! Leí tu micro y me fui al de Manuela. Ambos son muy buenos, el tuyo lo deja a uno con una sensación escalofriante. Sin duda no nos dejas indiferentes. Un abrazo...
ResponderEliminarUn abrazo, Ana, gracias por lo de escalofriante.
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