Fotografía de Deon Black en Unsplash |
En un episodio de clarividencia, a la alegría de la victoria y el orgullo de ser el primero entre millones de hermanos, siguió la duda de por qué los demás no parecían tener el mismo afán en alcanzar la meta. A los nueve meses nací llorando.
Llorar por desconcierto o por ser el primero? nos quedará la duda. Buen microrrelato tan difícil siempre
ResponderEliminarQuizá sea de alegria, pero me da que no.
EliminarUn saludo, Sidrina y gracias por pasarte.
¡Qué bueno Ángel! Me encanta, breve pero con un mensaje para reflexionar. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, ser el ganador está muy bien, otra cosa es el premio, a lo mejor está envenenado.
EliminarUn beso.
Pues tiene una vida para averiguarlo ;)
ResponderEliminarUn saludo.
¿Haber si saca algo en claro? Alfred.
EliminarQue tengas un buen finde.
Hasta al azar ponemos los humanos la interpretación competitiva, cómo somos. ¿Nacimos llorando? ¿O empezaron los lloros al ser expulsados del paraíso?
ResponderEliminarMe da que estamos programados para tratar de ganar siempre y en todo.
EliminarFackel, grandes preguntas esas, si lo extraño es la vida ¿Quizá lloremos de alegría por haber salido de la eterna monotonía? ¿O no?
Buen finde.
Bueno, sólo uno gana esa carrera :-)
ResponderEliminarUn abrazo
¿Gana o le dejan ganar? Que tema, con un café o unas cañas daría para charlar toda la mañana.
EliminarBesos.
¡Has llegado!
ResponderEliminarCabrónidas, para bien o para mal, llegó. A ver si lo disfruta.
EliminarUn saludo.
¡Hola, Ángel! Si es que la vida es una carrera desde su misma concepción, la propia vida es competencia por sobrevivir. Suena un tanto crudo si nos referimos al ser humano, pero es la primera ley natural. Me trajiste a la mente la imagen de las tortugas que tras romper el cascarón salen de la arena de la playa en frenética carrera por llegar al mar antes de que las gaviotas se las coman. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David, esto... un valle de lagrimas, ya lo decían los antiguos aunque suene un poco manida la frase. No me extraña que te hayas acordado de las tortuguitas.
EliminarUn abrazo.
Qué bueno...
ResponderEliminarEl ganador llora y aún no sabe lo que le espera.
Xavi, debe olerse el asunto y no le convence.
EliminarUn saludo.
No todos nacen combativos, Angel. Buen micro.
ResponderEliminarCastelo, aún menos tenían que ser. Que afán por acaparar y ser el más de todo. Para mi dejar vivir en paz tiene más merito.
EliminarUn saludo.
Eso es como tirarse a una piscina sin saber si está llena o vacía. Valientes son, desde luego…
ResponderEliminarMuy bueno y reflexivo, Ángel.
Abrazo grande.
Gracias, Ginebra, ya sabes esto es la aventura de la vida.
EliminarUn abrazo.
Hay quien nace sonriendo. Es raro pero pasa. Mi hermano nació con una sonrisa y tuvieron que hacerlo llorar.
ResponderEliminarSí, en realidad, somos uno entre un millón o más :-9
Es buenísimo tu corto ;:-) Felicidades.
Un beso.
Mag, muchas gracias. Hoy en día es muy complicado en sacarle una sonrisa a la vida.
EliminarBesos.
Llorar una de las más dificiles emociones para un hombre
ResponderEliminarsuerte en todo lo tuyo
Saludos
Tienes razón. Mucha.
EliminarUn saludo.
Es bueno llorar al nacer, espero que pronto vinieran las sonrisas.
ResponderEliminar:)
Besos.
Sonrisas, seguro, tiene que haber de todo.
EliminarBesos.
Hola Ángel, un micro que da para reflexionar. ¿Por qué entre tantos solo uno? La idea de que los "otros" no le echen muchas ganas al final, pone una sonrisa en mi rostro, quizás en vez de ser el más fuerte el que llega, quizás llega el más "despistado" y el "premio" es esto que llamamos vida. Quizás los otros sepan algo que el ganador no. Bueno, creo que ya sería ser demasiado pesimistas pero me parece interesante. Saludos.
ResponderEliminarHola, Ana, tienes razón, el premio parece que siembra dudas. Quizá el personaje tenga suerte y la vida se sonría.
ResponderEliminarUn abrazo.