Fotografía de Anthony Cantin en Unsplash |
Ya he asumido que estoy perdido. No logro encontrar el camino, el ramaje se cierra y se empeña en castigarme la ropa y el cuerpo.
Agotado hago un alto, llevo horas caminando sin rumbo, atravesando una espesura que me niega su mano. El aire aquí es cálido, viscoso, casi irrespirable. La ropa pegada al cuerpo complica, aún más, los movimientos.
Todo es quietud, los seres que aquí habitan se cuidan bien de guardar silencio, más allá del latir de mi corazón, no se escucha nada.
Entre la penumbra, por fin, alcanzo a ver una señal. Sus letras borrosas ofrecen un camino a la esperanza.
―C A R C O S A―
Un resplandor de lunas negras anuncia una cabaña junto al lago. A través del cristal apenas escapa el amarillento brillo de una bombilla solitaria. Al cansancio se une un temor sordo, el cuerpo no quiere obedecer. El último paso me asoma a la ventana…
He asumido que estoy perdido, que para mi, no hay camino.
Un micro sugestivo y muy descriptivo, tanto, que uno se siente deambular por ese paraje con gran desasosiego; más aún, en el momento de vislumbrar aquella señal que indica ese otro mundo que lo acoge entre sus sombras…
ResponderEliminarMuy bueno, Ángel.
Un placer leerte.
Abrazo grande.
Ginebra, me alegra que lo sientas de esa manera y que te haya gustado, me da mucho ánimo a la hora de seguir escribiendo.
EliminarUn abrazo.
Poco a poco nos vas introduciendo en una escena algo tétrica.
ResponderEliminarUn abrazo.
Alfred, pues un poco esa es la idea. De cualquier manera la historia casi puedo decir que se escribe sola, ella es la va dirigiendo.
EliminarUn abrazo y que pases una buena tarde.
¿Y si la angustia existencial fuera el camino?
ResponderEliminarFackel, pues creo que sería una canallada, un poco de angustia como cualquier sentimiento humano no está mal, pero vivir angustiado siempre, eso no es vida.
EliminarUn saludo.
Hay frases que son de enmarcar. No sé cuál resaltar pero este "Un resplandor de lunas negras ..." es magistral. Es, en sí mismo, todo un relato.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Mag, gracias por tus palabras, me encanta saber que te ha gustado, eso siempre da energías para seguir escribiendo.
EliminarBesos.
la ciudad ficticia, qué buen final para ese caminar perdido, vagando.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz finde.
En una historia de tinte oscuro, que lugar mejor que Carcosa.
EliminarUn beso, y feliz finde.
Nos has llevado de la mano a través de un camino que se cierra. Enhorabuena amigo mio, qué forma más fantástica de describir las emociones. Besos :D
ResponderEliminarMargarita, como siempre, eres muy amable.
EliminarMuchas gracias, un abrazo y feliz tarde.
¡Genial relato, Ángel!
ResponderEliminarFelicidades, porque en tan poca extensión has logrado crear una historia digna de Poe o Lovecraft y homenajear a Bierce y su relato "Un Habitante de Carcosa".
Curiosamente, estoy leyendo "Providence" de Alan Moore y no conocía este relato. Ni que decir tiene que ya lo tengo en cartera para zampármelo esta noche o mañana.
Gracias por hacerme investigar y descubrir estos precedentes de la literatura Lovecraftiana, que me encanta.
Un abrazo.
José Antonio, Gracias por tus palabras, a través de Lovecraft, descubrí Carcosa, luego leí El rey de amarillo de Robert W. Chambers donde también se le nombra, resulta curioso como esta ciudad ficticia a ido generando su propia leyenda. "Un habitante de Carcosa" aún no lo he leído pero caerá en breve.
EliminarUn abrazo.
Hola Ángel , soy flor la verdad es que un relato algo angustioso , no sé si es por la soledad del personaje en ese solitario paraje, me preguntó ¿ Qué hacía allí y para que fue ? Te deseo una feliz noche , besos de flor.
ResponderEliminarHola Flor, no sé si por suerte o desgracia, lo que escribo suele pecar de oscuro o angustioso y como son cosas breves queda al criterio del lector "completar" lo que no se sabe.
EliminarEn este caso podemos imaginar... que el personaje, es alguien que aprovechando la guerra, ha robado o asesinado a un anciano vecino suyo y ha huido campo a través aprovechando la confusión, se ha perdido y su mala conciencia le lleva hasta ese lugar físico o mental.
También podría ser un busca tesoros extraviado en un bosque, que da con este lugar siniestro. En fin dejar volar la imaginación.
Besos y que pases buena tarde.
He buscado Carcosa en Google y ahora entiendo mejor el relato.
ResponderEliminarAngustia, inquietud y un guiño literario.
Saludos.
Toro, tienes razón, sin saber nada de Carcosa es más complicado ponerse en situación.
EliminarMe queda mucho por aprender.
Un abrazo.
Há momentos na vida em que nos sentimos perdidos, isolados e sentimos toda essa angústia, essa dor que entorpece os sentidos e quase nos faz desistir.
ResponderEliminarMas depois...depois chegamos a algum lugar...
Obrigada pela visita
Beijos e abraços
Marta
Marta, no conocemos el futuro y siempre tenemos la esperanza de ir a mejor y no siempre es así.
EliminarBesos y gracias por tu presencia.
¡Hola, Ángel! Me trajiste aquello de nadar y nadar para morir en la orilla. Un micro en el que cada línea nos sumerge aún más en ese lago y páramo de negritud. Veo que hay una inspiración literaria detrás que me ha llamado la atención para leer. Un abrazo!!
ResponderEliminarDavid, a caso la vida no es eso, nadar y nadar para... para nada.
EliminarSi no conoces el mundo de Carcosa tiene su "aquel" todo muy relacionado con el mundo de Lovecraft.
Un abrazo.
Un relato muy sugerente Ángel, con una atmósfera de soledad muy bien lograda. ¡Quién sabe qué experiencias le esperen a ese pobre ser en CARCOSA y en esa cabaña que da escalofríos. Me encantó, qué gran aporte al reto de Jasc. Saludos.
ResponderEliminarAna, muchas gracias, nada bueno puede encontrar un mortal en Carcosa.
EliminarUn abrazo.
No conocía la ciudad de Carcosa y no lo entendía. Ahora que lo he buscado, me encanta tu relato. Inquietante y muy visual.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nani, Gracias por pasarte y por tus palabras. Es cierto que sin tener la referencia de Carcosa queda todo como muy vago y sin sentido.
EliminarComo nota me pondré un "Debe mejorar".
Besos.
Muy buen guiño a uno de los maestros.
ResponderEliminarGracias.
EliminarUn relato lleno de suspense, con un final que en principio podría adivinarse triste.
ResponderEliminarBesos.
Amapola, dejémosle una puerta abierta al personaje, quien sabe, tú puedes hacer que tenga un buen final.
EliminarUn abrazo.
Muy bueno e inquietante, Angel, Que hayas termionado el relato con la frase que lo comienzas, me hace pensar en un final abierto ¿Quien sabe? Saludos, amigo.
ResponderEliminarTienes razón, Castelo, en estos relatos breves me gusta dejar abierto el final y que sea el lector el que imagine lo que quiera.
EliminarUn saludo, y buen día.
Una atmósfera de tensión y miedo, que deja abierta la imaginación del lector. Muy sugerente. Me gustó mucho!!!
ResponderEliminarHola, Nuria, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Un escenario temeroso...Me gustó ese final.
ResponderEliminarBesos
Inma, gracias por tus palabras y tu visita.
EliminarUn saludo.
Tu comienzo y final hacen pensar que de la sombra también se sale, aunque con lo cara que está la luz...
ResponderEliminarBesines utópicos.-
Irma, no lo tengo yo tan claro si se sale, en cuanto a lo de la luz estoy pensando cambiar "...brillo de una bombilla solitaria." por "...el brillo de una vela solitaria", no sea que me suban el recibo.
EliminarBesos.
Maravilloso relato, Ángel. En breves líneas nos llevas de una manera sugerente a un paseo entre la rendición y la esperanza, queda en manos del lector seguir el camino.
ResponderEliminarBuenísimo.
Un abrazo
Muchas gracias, Lola.
EliminarUn saludo y buen finde.
Hola Ángel. Interesante camino hacia Carcosa. Creo que su trayecto no tendrá un final feliz en esa ciudad misteriosa y maldita. Que susto! Un abrazo 🐾
ResponderEliminarHola Rosa, por lo que parece no, Carcosa es un mal lugar para terminar una excursión.
ResponderEliminarUn abrazo.