Blog colectivo para contar cuentos, historias y todo lo demás en este filandón virtual
viernes, 24 de septiembre de 2010
Sara
Oye!.-gritó.-¿a dónde te diriges, chico?.¡Si quieres te llevo!
El muchacho hizo un gesto afirmativo con la cabeza y subió al camión,cargando con dificultad la pesada mochila.
El conductor sonrió, tenía una sonrisa afable y parecía gustarle charlar, durante aquellos largos trayectos se echaba de menos la compañía.
-Mira, yo voy a la capital. Pero si no te coge de paso, te dejo donde tú me digas.
-¡Perfecto!.- Respondió él.- La capital me viene bien.
Hacía un día soleado. El conductor bajó el parasol y cogió de la guantera una cajetilla de ducados.
...-¿Quieres?.
...- No gracias.- respondió.- No fumo.
El joven echó un vistazo al salpicadero. Había varios muñecos de peluche,una virgen plateada, algunas fotografías de familia. Fue una de ellas la que atrajo su atención. Era una mujer morena, menuda, de profundos ojos azules, que en cualquier posición que él adoptase parecía perseguirle con la mirada.
...- Perdone.- carraspeó.- ¿Su hija?
La sonrisa del conductor pareció que se helase en sus labios o sería más exacto decir que desapareció o que tan solo era un rictus que el chico había confundido con una sonrisa.
Durante unos instantes no le respondió, se limitó a mirar la carretera.
Circulaban por una travesía flanqueada por altos árboles que extendían sus ramasbuscando la caricia del sol.
...- Es mi esposa.- dijo de pronto.
...- Su mujer?.- El chico volvió a mirar la fotografía.- Le felicito su mujer es muy joven y muy bonita.
.- Murió hace veinte años. Un choque frontal ¿Sabes?. Le gustaba conducir, utilizaba más el coche que sus piernas. ¿Te has fijado en el nombre de mi camión?. Se llama Sara, como ella.
...- Lo siento.- se disculpó el chico
Miró nuevamente la fotografía, parecía surgida de una postal, con su pelo lacio y oscuro, cubierto por motitas de nieve.
Ahora miró su reloj. Las manecillas no parecían haberse movido. Marcaban exactamente la misma hora en que se había puesto a hacer auto stop.
La travesía parecía no acabarse nunca. La extraña sonrisa del hombre parecía helar el ambiente a su alrededor.
...-¿nervioso?
..- Sí, un poco.- replicó el joven.- Mis padres están esperándome. ¿Cuánto falta para que lleguemos?
Un extraño fulgor iluminó los ojos del hombre y el chico sintió algo parecido al miedo. Tenía la sensación de formar parte de la imagen congelada de un video. Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
No se veía nada en la carretera, excepto el camión.
El conductor continuó hablando:
Se llamaba Sara y teníamos dos hermosas hijas. Aquella tarde salió como de costumbre quería llevarse a las niñas a conocer el nuevo parque. Al salir me dió un beso como hacía siempre, el último. Un conductor suicida las embistió, del coche no quedó más que un amasijo de chatarra y hierros retorcidos.¡ No mires tanto el reloj¡
Algo dentro de él quiso replicar. Tal vez murmuró que quería bajarse pero sus labios no articularon ni una sola sílaba. El conductor prosiguió:
...-¿Te imaginas lo que sería no poder bajarte de un vehículo en marcha jamás?. No intentes huir, estas puertas no se abren. Ese canalla tenía tu mismo rostro, tenía buenos abogados, mucho dinero. ¿No te ha contado la historia tu padre?. Yo lo perdí todo. ¿Comprendes chico?
El corazón del joven se agitó. Kilómetros y kilómetros de carretera, los mismos árboles, la misma quietud, el mismo vacio, la misma hora del reloj.
De pronto supo que no le mentía, que nunca se bajaría de aquel camión, que formaba parte de una imagen estática rodando hacia ninguna parte
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Me ha gustado mucho, Rosa.
ResponderEliminarEnhorabuena
Saludos
Gracias Pancho por este sitio tan agradable donde poder dar rienda suelta a la imaginación. Me anima mucho escribir aqui y eso es bueno porque hay temporadas muy largas, larguísimas en las que o bien no me siento con mucho ánimo para escribir o no sé de que hacerlo así que para mí es un aliciente a insistir sobre esta aficción mía de escribir. Espero que aumente el número de escritores y el número de cuentos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Rosa
Sharkey. Gracias por tu relato. A mi me ha gustado, aunque me ha dejado el corazón un poco melancólico. Tranquila que se me pasará. Anímate a escribir más cosas. Lo espero gustoso.
ResponderEliminarExcelente! Te felicito,sobre todo porque lo has dejado fluir naturalmente.Cordiales saludos.
ResponderEliminarMe fascinó tu relato. Logras mantener la atencion del lector hasta el final inesperado. Sinceras felicitaciones y síguenos deleitando con tus relatos.
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