jueves, 16 de septiembre de 2010

EL MÉTODO MING

El chino Ming está convencido de que para aprender inglés de forma rápida y barata hay que ir a Inglaterra y trabajar en un restaurante. A esa conclusión ha llegado después de informarse ampliamente en foros y revistas especializadas en el aprendizaje de lenguas extranjeras. Así que, ni corto ni perezoso, abandona su aldea en Manchuria para presentarse en Londres con su maleta de piel y su kimono de rayas. Ahora ya sólo le queda lo de buscar trabajo. Por supuesto tiene que ser en un restaurante occidental, si lo hiciera en uno chino (así lo juran y perjuran los expertos) hablaría en su propio idioma y nunca aprendería la lengua de Wilde. Encuentra trabajo como pinche de cocina en Casa Canga´s, en Cambridge St, 67. Le gusta el trabajo y resulta tan buena persona y mejor trabajador (trabaja metido en la cocina más de doce horas diarias) que los dueños terminan tratándolo como a un hijo y dándole alojamiento en el propio restaurante. Después de dos años de pelar patatas y cocer marisco, el chino Ming extraña a su novia Chuchú y decide volver a su Manchuria natal. Cuando llega a su pueblo apenas ha aprendido inglés, pero habla con fluidez un florido gallego con acento de Cangas del Morrazo.

10 comentarios:

  1. Perfecto, Alberto. No sabes como me recuerda mi propia experiencia personal. Yo era carnicero y terminé siendo un protorriqueño de un barrio de Coamo emigrado a Buffalo, N.Y.
    No llegué a ser negro del todo, sólo molleto.
    Saludos

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  2. Muy bueno!
    El destino es así...Lo importante es aprender, definitivamente.
    Saludos.

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  3. No te preocupes, Paco. El camino hacia la negritud es complicado, pero merece la pena. Ya lo decía Sédar Senghor: mola más un negro bailando que Sócrates pensando. No sé si fue así exactamente, pero más o menos.
    Saludos.

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  4. Gracias, Miguel Ángel, me alegra que te guste.

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  5. Exacto, Marcela, lo importante es aprender. Eso mismo dijo mi padre con un suspiro cuando le dije que no quería estudiar una ingenería. Y aunque el bueno de Ming no aprendió inglés, por lo menos le podría decir a su novia Chuchú aquel cantar morrinoso:

    Ahí tes meu corazon,
    Si queres matar ben podes;
    Pero como estas ti dentro
    Tamén si matas, morres.

    Saludos.

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  6. Excelente relato Alberto. Ya lo había leído en lo de Anónima, donde ganó por lejos y muy merecidamente.
    Saludos!

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  7. Muy buen relato Alberto. Me recuerda la forma en que mi tío Roberto aprendió chino de un pastelero Manchuriano en tanto que éste aprendió Castellano; sírviéndose ambos del inglés para comunicarse.
    Kapizán

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  8. Gran forma de narrar, con un fino sentido del humor y un punto de ternura. Pequeño y contundente. ENhorabuena

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  9. Un cuento encantador ! Y además perfecto. Tiene todos los ingredientes. Felicitaciones y cordiales saludos.

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